Primer astronauta
Por Chanssonier
Este día 26 de noviembre del año 2015, se cumplen 30 años que el doctor Rodolfo Neri Vela, inició el viaje espacial a bordo del transbordador Atlantis, siendo el primer mexicano en realizar un viaje al espacio el cual duró varios días, tiempo en el cual realizó una serie de experimentos, sobre todo de diversos cultivos agrícolas, los que resultaron todo un éxito.
Para ser seleccionado por la NASA para realizar el viaje extra terrestre, en unión de jóvenes universitarios, fue objeto de una serie de exámenes resultando triunfador entre los participantes.
Originario de esta ciudad es hijo del doctor Hugo Rolando Neri Calvo, habiendo sido su abuelo paterno el licenciado Rodolfo Neri Lacunza, que fue gobernador de esta entidad. El nacimiento de Neri Vela ocurrió en la casa ubicada en la esquina de las calles 5 de Mayo y Corregidora. Desde siempre dedicó buena parte de su tiempo al estudio de las matemáticas, sin imaginarse que ellas lo conducirían a ser un científico de reconocido prestigio.
Siendo por lo general un hombre muy ocupado, de vez en vez viene a la ciudad que lo vio nacer, la que nunca ha olvidado.
Capricho costoso
El río Huacapa fue desde siempre, una corriente de aguas claras y de buena anchura, las que aprovechaban decenas de mujeres para lavar y secar la ropa; de trecho en trecho había pozas en donde generalmente los jóvenes, disfrutaban para nadar o echarse clavados de algunos árboles, cuya macizas ramas lo permitían.
Viendo que ese caudal de agua se desperdiciaba, porque nadie lo ocupaba para irrigar las tierras, las cuales podrían estar en producción permanente, el gobernador ingeniero-general Rafael Catalán Calvo, ordenó la construcción de la presa “Cerrito Rico”, para el almacenamiento de esas aguas, aprovechándolas para irrigar las tierras agrícolas de la cañada de Chilpancingo.
La presa fue un fracaso porque al ser llenado su vaso, el suelo se desfondó porque no hubo un estudio de suelos; de tal manera esa corriente de hecho desapareció. Cuatro décadas más tarde el gobernador José Francisco Ruiz Massieu, empezó a canalizar lo que quedaba del río, desoyendo que de llevarse a la práctica debería ser ancho, porque periódicamente en tiempo de lluvias solía ocasionar destrozos en tierras aledañas.
Por haberse pasado por alto el consejo, hace dos años la tormenta “Manuel” ocasionó graves daños en colonias a sus márgenes, los que están siendo rebasados poco a poco.
Si en su momento el gobernador hubiera hecho caso a vecinos, en el sentido que el río era traicionero, nada hubiera sucedido; el haber dejado las advertencias al margen, dio posiblemente el origen a la tragedia, tan altamente comentada en su momento.