¿Legalización por Guerra?

 

Felipe Victoria

 

Las “chusmas” de gente jodida en el campo, y personas explotadas en las minas y las fábricas en las zonas urbanas, no vieron ningún beneficio en que Madero presidiera la nación, así que los caudillos regionales insurrectos contra Porfirio Díaz siguieron en armas pero desconocieron a Don Francisco y sobrevino la decena trágica, cuando tumbando y matando presidentes se hicieron los cambios en el poder.

Desde el chacal usurpador Victoriano Huerta y el constitucionalista Venustiano Carranza, aun mandando anular a Zapata y Villa, los mexicanos de a pie no encontraban lo que anhelaban y subieron a escena militarotes como Alvaro Obregón y sus “cañonazos de a cincuenta mil pesos” institucionalizando la corrupción.

En esa década previa a la de “los veinte”, cuando Europa se enfrascó en la Primer Guerra Mundial, ni quien aquí volteara la mirada hacia la Europa en conflicto.

Lo que ya pronosticó el Supremo Pontífice de El Vaticano, el argentino Bergolio como Papa Francisco, que lo acontecido en Francia pudiera ser el inicio de la Tercera Guerra Mundial, no es descabellado y debemos reflexionar en lo que inminente puede venir.

¿Qué sabemos de esa famosa Primera Guerra Mundial del siglo pasado?

Encuentro útil transmitirles lo que se asienta en la Wikipedia el Internet:

“Fue una guerra desarrollada principalmente en Europa, que dio comienzo el 28 de julio de 1914 y finalizó el 11 de noviembre de 1918, cuando Alemania pidió el armisticio y más tarde el 28 de junio de 1919, los países en guerra firmaron el Tratado de Versalles. Hasta el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, esta guerra era llamada Gran Guerra o simplemente Guerra Mundial.

En Estados Unidos originalmente se la conoció como Guerra Europea. Más de 9 millones de combatientes perdieron la vida, una cifra extraordinariamente elevada, dada la sofisticación tecnológica e industrial de los beligerantes, con su consiguiente estancamiento táctico. Está considerado el quinto conflicto más mortífero de la historia de la Humanidad. Tal fue la convulsión que provocó la guerra, que allanó el camino a grandes cambios políticos, incluyendo numerosas revoluciones con un carácter nunca antes visto en varias de las naciones involucradas.

Recibió el calificativo de mundial, porque en ella se vieron involucradas todas las grandes potencias industriales y militares de la época, divididas en dos alianzas opuestas. Por un lado se encontraba la Triple Alianza, formada por las Potencias Centrales: el Imperio alemán y Austria-Hungría. Italia, que había sido miembro de la Triple Alianza junto a Alemania y Austria-Hungría, no se unió a las Potencias Centrales, pues Austria, en contra de los términos pactados, fue la nación agresora que desencadenó el conflicto. Por otro lado se encontraba la Triple Entente, formada por el Reino Unido, Francia y el Imperio ruso. Ambas alianzas sufrieron cambios y fueron varias las naciones que acabarían ingresando en las filas de uno u otro bando según avanzaba la guerra: Italia, Japón y Estados Unidos se unieron a la Triple Entente, mientras el Imperio otomano y Bulgaria se unieron a las Potencias Centrales (Triple Alianza). En total, más de 70 millones de militares, incluyendo 60 millones de europeos, se movilizaron y combatieron en la guerra más grande de la historia

Aunque el imperialismo que venían desarrollando desde hacía décadas las potencias involucradas fue la principal causa subyacente, el detonante del conflicto se produjo el 28 de junio de 1914 en Sarajevo, con el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria”.

Como sea, la Primera Guerra Mundial terminó y en México seguía la madriza cruenta entre quienes codiciaban el poder presidencial, al grado que con los años se convirtió en una “revolución institucional” que se mienta hasta en los nombres de partidos políticos importantes como el PRI y el PRD.

A partir del inicio del Siglo XXI la cosa cambió un poco en México, con el advenimiento al poder temporal por dos sexenios de un partido no revolucionario, pero sí de “acción nacional”, que echó abajo los controles institucionales sobre el narcotráfico organizado en cárteles.

Al darle rienda suelta a los traficantes clandestinos de drogas, estos se inmiscuyeron en la política, pasando de ser tolerados y apadrinados, a patrones de muchos a los que patrocinaron sus campañas hacia cargos de elección popular en todos los niveles.

El PRI, vuelto a Los Pinos desde diciembre de 2012, no atina a poder recuperar los controles perdidos  sobre la seguridad pública ni consigue que haya procuración y administración de justicia eficaz, honesta ni confiable, pues se perdió el orden y por ende la paz; para acabarla de amolar con el país en la antesala de una nueva revolución mediante la tal insurgencia nacional magisterial y el  brote de  grupos armados particulares  malamente disque regularizados.

El panorama no es para echarse a la hamaca, imposible sustraerse a las consecuencias y rebote que vaya a tener en el continente americano lo que está por suceder en Europa, Asia y Medio Oriente.

¿Habrá de autorizarse de nuevo la legal siembra y cultivo de amapola y marihuana en México para consumo de ejércitos extranjeros, como ocurrió durante la Segunda Guerra Mundial en los cuarenta?