* El sacerdote de la Diócesis de Apatzingán aseguró “el pueblo le da honra, respeto y reconocimiento al Ejército, pero la delincuencia le da dinero”
* Dijo que desarmar a comunitarios forma parte de una política de “exterminio y control” para establecer el mando único policiaco
Alondra García
“Es la política del exterminio y del control”, dijo el sacerdote Gregorio López Jerónimo al referirse a la instrucción del gobierno federal de desarmar a las policías comunitarias que operan en Guerrero y Michoacán.
López Jerónimo es sacerdote de la Diócesis de Apatzingán, en el estado de Michoacán, impulsor de las autodefensas, defensor del médico José Manuel Mireles Valverde –líder de un grupo de autodefensas michoacanos, actualmente preso— y aliado del dirigente de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), Bruno Plácido Valerio.
En entrevista exclusiva para ‘El Sol de Chilpancingo’, el sacerdote repudió la actuación de elementos del Ejército Mexicano en contra policías ciudadanos de la UPOEG, la semana pasada en la sierra.
El jueves 12 de noviembre, los comunitarios de la UPOEG se enfrentaron a balazos contra un grupo delictivo que opera en la sierra de Guerrero, conocido como Los Villalobos.
Tras dos horas de enfrentamiento, elementos del Ejército llegaron al lugar, desarmaron a los comunitarios y los dejaron a expensas del grupo criminal, que terminó por emboscarlos y quemar sus vehículos.
El “Padre Goyo”, como lo conocen los feligreses, advirtió que este hecho pone en evidencia “un pacto” entre el Ejército y la delincuencia.
“El Ejército es corrompible y hay corrupción en todos los niveles. La delincuencia paga mejor que cualquier ciudadano. El pueblo le da honra, respeto y reconocimiento al Ejército, pero la delincuencia le da dinero”, dijo indignado el sacerdote.
Advirtió que el Ejército no solo está coludido con la delincuencia, sino que hay criminales que trabajan en la milicia de forma encubierta.
“Hay gente infiltrada en el Ejército, empoderada, con una placa, que le envía información al enemigo”, aseguró.
Sobre el anuncio del desarme a las policías comunitarias en Guerrero, dijo que esto mismo ya ocurre en Michoacán, y calificó esta acción como parte de una política federal de “exterminio y control”, que tiene como fin empoderar a un grupo criminal para derrocar a otro, aseguró.
Recordó que en Michoacán dominaba el cártel de Los Caballeros Templarios, hasta que el gobierno federal “empoderó al Cártel de Jalisco Nueva Generación para acabar con los Templarios”.
“Pusieron un virus para matar a otro y hoy no saben cómo matarlo”, reprochó el ‘Padre Goyo’, quien no descartó la posibilidad de que ocurra lo mismo en Guerrero.
El cura explicó que el desarme de comunitarios es un paso más para poner en marcha el Mando Único Policial en todo el país. De esa forma, dijo, se centralizará la seguridad en el gobierno federal.
Advirtió que esta acción dejará de lado la participación ciudadana y no será benéfica para la sociedad.