¿Privatizarán vigilancia electrónica?
Felipe Victoria
Ni lastimar a Rogelio Ortega en su despedida ni molestar con el pétalo de una rosa a Héctor Astudillo en su llegada, pareciera ser consigna para muchos que comunican cosas en los medios de cualquier especie, así sea en las desconfiables redes sociales, donde cada quien dice lo que se le antoje sin censura ni pudor, a veces escudados en el cobarde anonimato de identidades falsas.
Nunca imaginaron gobiernos nacionales autoritarios y estatales dictatoriales o tiránicos, que se les aparecería el demonio suelto de la sátira o la calumnia cibernética.
Los medios impresos de circulación regular están sometidos a reglas muy estrictas y certificaciones rígidas, pero las publicaciones cibernéticas navegan en el limbo de la clandestinidad, sin normas legales que acatar, por desgracia confundiendo libertad de expresión con libertinaje.
¿Un ejemplo? Lo del “ilustre” Chapo Guzmán, “detenido, muerto y escapado” quien sabe cuántas veces el fin de semana pasado en el Internet, pero por alguna maquiavélica razón las autoridades más altas contentas con que la chusma se distraiga en ese chisme, pues no hubo partidazo importante de futbol ni falleció algún artista famoso.
Como durante el imperio romano, al pueblo hay que entretenerlo o dejar que se divierta por lo menos, para que no se fije bien en lo que quienes gobiernan andan haciendo o deshaciendo con el agobiado país, en grave riesgo de seguridad nacional por la generalizada insurrección magisterial en varios estados sureños.
Curioso que el domingo y lunes las primeras planas se las llevó el sustazo que se llevó Héctor Astudillo con su esposa mientras cenaban pizza el sábado por la noche, y se dieron demasiadas explicaciones el domingo, poniendo al gobernador electo a leer un pésimo boletín de prensa redactado por quienes no tienen la menor noción de cuestiones policiacas.
El “infartado” resultó que murió, pero por balazos en verdad; donde se les hizo bolas el engrudo a las autoridades municipales que salieron y a las que recién entraron, fue en explicar la inactividad de las carísimas camaritas de vigilancia inteligente sobre la Costera Alemán en el puerto.
¿Cuánto tiempo lleva Acapulco sin ese estratégico y costoso servicio?, ¿por orden de quien lo suspendieron? ¡Ufff!, creo que en eso ni el inquieto alcalde Evodio Velázquez, que sigue en campaña, se abrirá la boca.
¿Luis Uruñuela explicaría a qué obedece la peligrosa falla o lo regañaría la maña?, ¿en manos de quien rayos están entonces los habitantes de Acapulco y los benditos turistas, y desde cuándo? Por cierto, ¿en Chilpancingo sí funcionan las cámaras?
Lo quieran o no, los demonios sueltos de la prensa se enteran de todo cuanto pasa; les preocupa y ocupa tanta simulación oficial en lo que más aflige a los acapulqueños y chilpancinguenses por el momento: la rampante inseguridad a toda hora, en todos lados.
Los de arriba no se dan cuenta que los de abajo sí nos damos cuenta de que las mafias se disputan a sangre y fuego el control de las policías municipales y estatal; la inestabilidad tal vez se modere cuando Héctor Astudillo releve en noviembre al encargado de la Seguridad Pública y de la Fiscalía General, así que estos pocos días de aquí al relevo seguiremos al garete y la deriva, temiendo andar por la calle y que nos toque una bala perdida.
¿Será cierto que algunos sectores de la población se quieren organizar para poner fuera de circulación a maleantes y extorsionadores? Algo recuerdo haber leído de aquellos escuadrones de la muerte en Brasil, lo malo es que como estamos viendo, los de los grupos comunitarios de policías “patito” y disque autodefensas se andan dando en la madre solitos por disputarse el botín.
Qué lejos se mira ese orden y paz que Astudillo prometió en campaña.
-¡Tilín, tilín!- Suena la campanita escolar.
-Maestra Pizarrina, ¿nos podría explicar eso de que no está funcionando el sistema de vigilancia por cámaras inteligentes en Anarquiapulco?
-¡Shhh… cábrense cayones!, algunos pasados de listos se aventaron el tiro para complacer a los mañosos y dejar a ciegas al C-4, para que asalten contentos y balaceen donde se les dé la gana.
-Pues qué poca escasez materna teacher, y pensar la millonada que dicen que se gastaron en equipar ese sistema de vigilancia cuando cotizaron en diez veces más las camaritas.
-Supongo que traerán planes de concesionar eso a alguna empresa privada especializada.
-No les des ideas de gratis profesora, pero bien pudiera ser. Mejor esperemos a que Evodio Velázquez de una explicación amplia y satisfactoria de cómo resolverá el problema cuanto antes en Acapulco y Marco Antonio Leyva Mena en Chilpo.
-Se la ponen dura y pelona, concesionar la vigilancia electrónica sería tan apetitoso como la concesión de recoger la basura.
-Ujule teacher, pues si les implantan el mando único, de todos modos se quedarán sin el de sus inútiles policías preventivas.
-¿Y creen que ambos alcaldes se dejarían?
-Caras vemos, ambiciones y concertaciones no sabemos.