De chile, mole y dulce. Pero, de un mismo cocinero

Tercera parte

SADYHEL ASTUDILLO

Aprovecho este espacio para enviar una cariñosa y anticipada felicitación a mi mamá María de la Luz Ramírez, que cumple años esta semana entrante. Te quiero mucho. Gracias por apoyarme siempre.

Las semanas anteriores se escribió acerca de la importancia de conocer las propuestas y el equipo que trae consigo cada candidato para que, nuestra selección sea por quien realmente nos convence. Tambien se propusieron ideas en contra de la excesiva publicidad de los contendientes. Hoy toca seguir mencionando los contras de estas elecciones.
Varios años atrás es recordado porque, en las contiendas electorales eran tres los candidatos que competían por los cargos políticos más importantes, presidente o gobernadores, cada uno representando al PRI, PAN, PRD. Con el paso del tiempo se fueron sumando otros cuya popularidad es mínima, pero cuentan con el número suficiente de simpatizantes para volverse un partido político, entre los cuales tenemos a: Partido Verde, PT, PSI, Movimiento Naranja, Nueva Alianza, entre otros más que no recuerdo y algunos más que no conozco.
Esto quiere decir que actualmente, en toda la república existen más de diez partidos políticos que contienden por cargos, cada que se requieran elecciones y a esta exorbitante cantidad todavía debemos de sumarle los independientes (como en la campaña actual). ¿Por qué tantos?
En primera instancia se debe mencionar que ese número de partidos es en parte el reflejo de la sociedad mexicana en general, una sociedad que busca una mejora pero que, lejos de unirse y trabajar en equipo, cada vez se divide más. Muchos partidos tienen políticas y propuestas semejantes, de hecho, personajes de carrera larga en la política han estado “brincando” de partido en partido durante varios años, bueno fuera que para mejora, pero simplemente lo hacen para mantenerse en la jugada.
Además de que, cada partido político representa un tremendo gasto para subsidiarlo y pueda competir en las campañas; entonces, si nuestros padres y abuelos se quejaban de “mantener” tanto político cuando solo eran tres partidos, preocupémonos entonces por el futuro y los gastos que se avecinan con esta creciente cantidad de partidos y candidatos. Por lo tanto, también tendremos aún más publicidad y spots que nos llenarán de basura nuestro día a día por la vista, oído y tacto.
En la legislación electoral, se debería replantear esta situación y limitar el número de partidos activos a no más de tres y en caso de existir, los independientes. Está comprobado que entre más opciones tiene un consumidor (en este caso votante) más complicado le resulta hacer una elección, la cual puede llegar a ser confusa y molesta. Entre menos sea el número de candidatos más fácil nos será a los ciudadanos elegir a uno y conocer a fondo las ideas y propuestas.
Por si fuera poco, ahora tenemos el hecho de las coaliciones, volviendo redundante e innecesaria la existencia de tantos partidos políticos, si estos a final de cuentas se van a aliar como más les convenga y si votamos por un partido “pequeño” o nuevo, al final de cuentas terminaremos apoyando a uno de los “grandes”. Situación que es por demás un sin sentido.
Entonces, esta y todas las quejas y opiniones que tengamos en pro de mejora tanto para las campañas como para los candidatos, debemos de manifestarlas y procurar que el órgano legislativo tome cartas en el asunto. No esperemos a que en un futuro la boleta en la cual tenemos que elegir un partido para votar parezca más lista de canales de televisión que otra cosa y que, para colmo, esos partidos estén aliados formando dos o tres grandes grupos que abarquen casi toda la elección; recordemos que de cierta manera nosotros apoyamos económicamente para que esos partidos existan, por tato hagamos que valga la pena su existencia o de ya no desearlos, dejemos de apoyarlos.

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