Alejandro Mendoza

Las ideas políticas parecen haber perdido hoy día su capacidad para estimular a la sociedad y los líderes políticos su capacidad de dirigir. La política naufraga en medio del descrédito y la desconfianza de la población. Y es que la práctica política que prevalece no deja otra posibilidad más que ese escenario.
La votación abrumadora que obtuvo Morena en el pasado proceso electoral de 1 de julio, permite pensar que aún hay esperanza de que la política realmente pueda convertirse en ese instrumento de servicio a la sociedad. La idea que prevalece está ligada a la corrupción, es decir, política es igual a enriquecimiento ilícito y contubernio de autoridades con la delincuencia organizada.
El reciente hecho ocurrido en Acapulco, en donde a través de un impresionante operativo conjunto, la Sedena, la Marina, la Policía Federal y la Policía Ministerial, detuvieron a 18 elementos y mandos de la Policía Municipal del puerto, da cuenta está situación.
Un punto medular de análisis es la ruta que ha tomado la forma de hacer política en la actualidad. Y es claro que la vida política no es nada sin ideales, pero los ideales son vacíos si no se refiere a posibilidades reales. El idealismo político ha sido desplazado por el pragmatismo político, y en éste último escenario es en donde se abre la puerta a toda clase de actividades ilícitas.
Resulta interesante comprender que el esqueleto del quehacer político debe cubrirse con carne teórica, no solo para respaldar lo que hacen, sino para dotar a la política de un mayor sentido de dirección y propósito en beneficio de los demás.
Es más que evidente que el estado de bienestar no es una prioridad en la agenda de los políticos, por el contrario, el individualismo toma fuerza como motor para el pronto enriquecimiento personal o el ascenso en la búsqueda del poder. 
En este contexto, no importa trabajar, porque eso es en realidad lo que debieran de hacer los políticos, trabajar para garantizar los servicios públicos y de salud, así como el mejoramiento de la calidad de vida, mejores ingresos a las familias, vivienda, educación, etc. Pero estas tareas son de poca importancia si no para todos, pero creo que para la gran mayoría.
Los que hacen política buscan el acceso al poder. En México, nuestra alma republicana, sustenta la existencia de tres poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Y el ejercicio de la política reinante tiene tentáculos en cada uno de ellos. El Presidencialismo prevaleciente le da mayor poder al Ejecutivo, y los dos poderes quedan supeditados a los intereses del Ejecutivo.
Ocurrió así con los presidentes de México emanados del PRI y los dos del PAN. Hoy con la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de la República a través de Morena, hay esperanza que esa práctica política se termine.
Igual se espera que la praxis política en Guerrero sea distinta, al antecedente de descrédito y desaprobación popular que han dejado el PRI y PRD, con la incursión de Morena en el escenario político, al ganar la mayoría en el Congreso del Estado y ayuntamientos, entre ellos Acapulco.
Más allá de intereses personales, de grupo o de algún partido político, es importante replantearse el ejercicio de la política, de las ideas políticas para entender a fondo los sucesos. Me refiero a que las ideas políticas deben sobreponerse en el quehacer diario de la política, teniendo presente el contexto social, económico, filosófico, cultural y político. 
Se debe entender que esta norma tiene por objeto analizar y estudiar el origen, evolución de los pensamientos e ideas políticas y sociales de las clases en lucha en todas las alineaciones económicas-sociales. Algo que pareciera ningún político ejercita. Se imponen los intereses personales y de grupo político, nada más.
Hablar de ideas políticas, es comprender la historia de las doctrinas políticas nacidas antes de la aparición del marxismo, pasando por socialismo, comunismo, capitalismo, neoliberalismo.
Las ideas políticas son entendidas por Cansino como la disciplina especializada que se ocupa de reconstruir e interpretar las preocupaciones centrales, experiencias e ideas formativas de los seres humanos con respecto a lo político a lo largo de la historia.
Por supuesto que las ideas políticas deben poner de realce la relación existente entre las ideas políticas y la base social, que estipula la visión de dichas ideas, y exponer la autoridad contrapuesta de éstas sobre la economía de la sociedad, analizar los lazos positivos entre las teorías políticas, las ideas y los pensamientos jurídicos, religiosos y filosóficos, así como también el vínculo histórico entre éstas y los organismos de la sociedad que son el resultado de la instauración consciente del género dominante en conformidad con sus nociones políticas.
Y por lo que podemos observar la sociedad se encuentra inmersa en las consecuencias de una práctica política alejada totalmente del idealismo político que, se supone, debería buscar el bienestar común.
Los errores fueron míos, los aciertos de Dios, sonría, sonría y sea feliz
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