Alejandro Mendoza

Las dificultades en la vida siempre estarán presentes, y quien diga lo contrario enfrentará bastantes decepciones. Hay elementos adicionales que pueden agravar la situación de cualquier persona, entre ellos, que son inesperados, imprevistos e inevitables.
Pareciera que a veces todo marcha correctamente en el curso de la vida del ser humano, cuando de repente ocurren sucesos que cambiar prácticamente los pensamientos, acciones y sentimientos de las personas.
En ese momento de quiebre es cuando en realidad comienza la formación del individuo y la posibilidad de construir o seguir adelante con los propósito y objetivos trazados cuando éstos realmente se sujetan a un bienestar propio y de los demás.
La mayoría ha enfrentado, en diferente nivel, las dificultades en su vida y hay quienes han podido superar la prueba, pero sin duda alguna hay quienes se han frustrado, enojado, acomplejado y perdido la oportunidad de levantarse y seguir adelante.
De acuerdo con especialistas en psicología y neurociencia, el ser humano está constituido por tres partes: alma, cuerpo y espíritu. Y mucha gente logra experimentar la vida en las dos primeras partes, lo cual provoca muchas dificultades en la vida, y muy pocas personas acceden a la tercera parte, que permite sobrellevarlas de la mejor manera posible.
Existen, por supuesto, muchos problemas en la vida capaces de crear tales dificultades que el progreso espiritual de una persona es obstaculizado. Está documentado que cada ser humano afronta seis tipos de dificultades, sin importar su raza, religión o condición:
1.-Problemas económicos: son los más comunes, el pan de cada día del 80 % de los habitantes de la tierra. 2.-Problemas de salud: físicos y mentales. La turbulencia de la vida nos deteriora lentamente el organismo. 3.-Problemas sentimentales: sí que duelen y descompensan. Cada vez son más. 4.-Problemas familiares: son los que más desgastan. 5.-Problemas legales: la verdad son los que nadie quisiera tener nunca. 6.-Problemas laborales: en el trabajo sí que hay dificultades.
Y en este contexto se pueden identificar a dos tipos de personas: 1.-Las que buscan día a día desarrollarse personalmente (mejorar su actitud, tener un día provechoso y productivo, disfrutar de la vida, ayudar a los demás y cuidar su salud mental y física). 2.- Las que se levantan cada día sin ningún tipo de aspiración, simplemente se dejan llevar y arrastrar por sus emociones más mezquinas, son egoístas y se dejan arrastrar por hábitos nocivos.
Nadie puede negar que la vida está llena de obstáculos, todos han tenido alguna mala experiencia o han sido testigos de la dureza de la vida.
Sin embargo, llega un día en el que las dificultades ya no afectan y entonces se produce un florecimiento de la persona. Son, precisamente, las dificultades de la vida las que hacen fuerte al ser humano. Ahora solo queda un camino: crecer y crecer. Son personas que no se rinden por muy cuesta arriba que se ponga la vida.
Eso es la vida, una lucha constante, una continua solución a cada impase que se presenta. Cuando se supera, experimentamos una satisfacción inigualable que motiva a seguir. Hay épocas de malas rachas y otras de buenas.
A pesar de cualquier circunstancia que se esté viviendo, la vida es una bendición de Dios que hay que disfrutar desde el primero hasta el último día de nuestra existencia en esta tierra haciendo el bien a los demás. En tanto, quienes se quedaron en el camino permanecerán escondidos, presos del miedo y a merced de cualquier dificultad de la vida, sin saber que dichas dificultades son las que hacen fuertes en esta vida a la persona.
Los errores fueron míos, los aciertos de Dios, sonría, sonría y sea feliz
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