* Monseñor Leopoldo González lamentó que hubieran muerto dos personas en esos hechos, que ocurrieron a 400 a 500 metros del sitio donde estaban quienes participaban en la procesión religiosa

ANA LILIA TORRES

ACAPULCO.— Durante el domingo de resurrección, el arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González, expresó que la balacera que dejó un saldo de dos muertos cuando se celebraba el Viacrucis durante el viernes santo, fue un ataque que “nunca estuvo dirigido a las personas que participaban en el evento religioso, sino que se trató a un hecho de otra intención”.
En su conferencia de prensa dominical, el prelado católico precisó que el Viacrucis nunca se suspendió, sino sólo se detuvo en el lugar de la cuarta estación una hora para facilitar el trabajo de las autoridades que acudieron a investigar la balacera.
Por otra parte, sobre el arranque de las campañas políticas, monseñor González González pidió a los candidatos que centren su intención y propuestas en la búsqueda del bien común para que recuperen la confianza de la sociedad.
Sobre el hecho violento que se suscitó el viernes durante la escenificación de la muerte de Cristo en la colonia Santa Cruz, el arzobispo explicación que la información que le dieron es que el ataque nunca fue dirigido a los feligreses.
“El Viacrucis iba desarrollándose normalmente hasta que en la cuarta estación se comienzan a escuchar detonaciones de arma de fuego cerca de la iglesia parroquial y en diferentes lugares, como la comisaría”, refirió.
Las detonaciones más cercanas a la procesión del Viacrucis “se realizaron a una distancia aproximada entre 400 a 500 metros, pero en calles y avenidas de Santa Cruz y la procesión ya iba por Ruiz Cortines”, de modo que no tuvo ninguna relación con el acto religioso, indicó.
Sin embargo, lamentó el hecho de que en la balacera dos personas perdieron la vida y expresó su dolor y cercanía a las familias.
“Los disparos no se realizaron en el lugar donde en ese momento se encontraba la procesión del Viacrucis”, insistió el prelado católico.
Añadió que el acto inicio a las 12 del día en el templo parroquial, donde se había meditado en la primera estación y los disparos se escucharon cuando se iba en la cuarta estación, ya en la calle en la avenida Ruiz Cortines, a unos metros del colegio Simón Bolívar.
“Los disparos no se escucharon tan cerca, pero por la situación que se vive la gente sintió miedo y entró en pánico”, dijo el clérigo.
Reiteró que “hago un llamado a la conversión a quienes del delito y del crimen han hecho su modo de vivir”.
Pero también pidió que asuman su compromiso quienes tienen a su cargo el cuidado del bien común para disuadir de hacer mal a quien se lo haya propuesto, y para no dejar en la impunidad el crimen y delito cometido.
Por otro lado, señaló que la resurrección de Jesús nos inspira a soñar en un mundo sin violencia, y esforzarnos por construirlo cada día.
“Nos da la certeza de que el mal y la muerte no tienen la última palabra. Él está con nosotros para hacernos artesanos de paz”, indicó.