* Deplorable zafarrancho en el SNRP
* Julio Vázquez se lió a golpes en Vip’s
* Uso lucrativo de SNRP, el trasfondo

Jorge VALDEZ REYCEN

Todo comenzó a hervir cuando Julio Vázquez hizo pública una carta donde pedía auditoría a la directora de Comunicación Social del gobierno estatal, Erika Lührs Cortés. Nadie le hizo caso. Pero, en cambio, una docena de periodistas exigieron al SNRP nacional la destitución inmediata de Vázquez. Fue a finales de agosto pasado.
El dirigente formal de la delegación XXV era acusado de pretender cobros exagerados del área de la DGCS, además de ser señalado por conductas ilícitas y prácticas corruptas. Este sábado, en el restaurante “Vips” de la Gran Plaza, el secretario del Interior del SNRP nacional, le hizo dos propuestas a José Julio Vázquez: renunciar a la secretaria general o de lo contrario será destituido y acusado penalmente.
Julio Vázquez respondió a golpes y patadas al enviado del SNRP en medio de comensales. El escándalo fue mayúsculo al grado de intervenir guardias de seguridad de la Gran Plaza para separar a los rijosos. Acto seguido, Vázquez se refugió en las oficinas del SNRP y se atrincheró para impedir la asamblea que lo desconocería ante enviados nacionales.
La violencia campeó por minutos. Se impuso la prudencia, aunque con vistas a que las autoridades penales intervengan ante la comisión de presuntos ilícitos cometidos por Julio Vázquez.
Este episodio, resumido, es fiel reflejo del uso abusivo, desleal, antiético de una asociación gremial de reporteros, fotógrafos y trabajadores que ejercen el oficio periodístico con fines lucrativos de una dirigencia que opera a espaldas de sus representados. Es decir, el uso clientelar de un cuestionado líder de una organización que utilizó, con dolo, al Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa para fines personales de lucro.
Ninguno de los tres enviados desde la Ciudad de México del SNRP a defenestrar a José Julio Vázquez eran ajenos o ignoraban la fama pública del motejado como “El Chicharrón”, desde que asumió con su aval la delegación XXV del gremio en Acapulco. Sabían de la condición humana de alguien desinhibido, irreverente y hasta cínico en el desparpajo de pedir dinero, en aras de una representatividad dudosa, rebuscada y falsa.
Hoy que la violencia descubre verdaderas causas de interés personal o grupal, el SNRP nacional asume postura defensiva y deslinda a José Julio Vázquez del sindicato, sin necesidad de asamblea. Por obvias razones. El replanteamiento de que una representación del SNRP no sea motivo de discordias, inquinas y violencia, debe ser de urgente resolución.
Otra perla “negra”: En el Congreso del Estado, el jefe de prensa, Jaime García Moreno, ha asumido actitudes fascistas y de repulsa hacia el gremio. Se dice –para defensa del aludido— que él sólo “recibe órdenes” de la presidenta de la Junta de Coordinación Política, Flor Añorve Ocampo.
La otra versión es que han llegado a niveles inaceptables la presencia de sedicentes periodistas que atosigan, acosan y amedrentan a diputados si no les pagan convenios o facturas no autorizadas ni convenidas. Es una especie de mendicidad periodística que alcanzó niveles escandalosos, donde los responsables de conducir la política de comunicación social sólo atinan a impedir el acceso al recinto a discreción de Jaime García.
Los escándalos donde se ven involucrados jefas y jefes de prensa con medios y corresponsales ya es un asunto cotidiano donde el golpeteo tiene un trasfondo oscuro que obedece a intereses podridos. La ausencia de políticas públicas en la materia ha hecho crisis, con un tufillo de corrupción. La improvisación de políticos en cargos donde el uso del dinero discrecional marca los ritmos y tiempos de la relación prensa-gobierno se ha agotado por completo.
Urgen soluciones, ya.
Nos leemos… SIN MEDIAS TINTAS.