Jesús Saavedra

Indígenas que cosen ropa en hilado de telar de cintura, actividad que heredan generación tras generación, demandaron a las autoridades de los tres niveles de gobierno apoyos directos y más ágiles para que puedan enfrentar la crisis económica que se vive en la región de la Costa Chica.
Tras el paso del huracán ‘Max’, a mediados de septiembre pasado, en esa región se sufrieron afectaciones severas a la agricultura y una de las opciones para atender la economía familiar de la región es la actividad artesanal, como la venta de huipiles y blusas que mujeres amuzgas tejen desde hace varias generaciones en el seno familiar.
Adelaida Santiago López, miembro de una asociación de mujeres amuzgas del municipio de Xochistlahuaca llamada “El Telar de la Montaña Amuzga”, explicó que el tejido de prendas de vestir es una alternativa ante la maltrecha economía de las familias de la región, pero se quejó de que les hacen falta oportunidades por parte de las autoridades del municipio, del estado y la federación para comerciar sus productos.
Informó que en esa agrupación confeccionan la ropa y la van a vender a la cabecera de Cuajinicuilapa, pero que necesitan de apoyo para tener una mayor oportunidad de tener mejores ventas y les vaya mejor a su agrupación.
Puso como ejemplo que para elaborar una blusa en el telar de cintura se tardan tres semanas, además que se necesita de más apoyos para poder comprar los insumos a más bajo costo.
La artesana amuzga dijo que ya tienen un acta constitutiva para convertirse en una agrupación solidaria con la que puedan tener el registro ante las autoridades federales y estatales para poder acceder a recursos de proyectos productivos.
“Nos hace falta capital para trabajar, no podemos tener acceso a recursos públicos para poder invertirlos en la organización de esas 40 mujeres indígenas de la Costa Chica”, añadió.
Añadió que solo venden su ropa en Cuajinicuilapa y que es difícil comercializarla, por lo que han solicitado al gobierno del estado su apoyo para la atención a estas asociaciones de mujeres y puedan ser una alternativa a la economía familiar que se vio afectada por el paso del huracán ‘Max’ y el daño a las cosechas.