Alondra García Lucatero

A 30 años de su fundación, más de 2 mil 800 estudiantes han egresado de la Facultad de Comunicación y Mercadotecnia (Facom) de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro).

La doctora Felicidad del Socorro Bonilla Gómez, directora fundadora de la Facom, destacó las aportaciones de esta escuela para la profesionalización de los periodistas guerrerenses. Sin embargo, reconoció que la facultad enfrenta un nuevo reto: actualizar sus planes y programas de estudio para adaptarlas a las nuevas tecnologías y demandas del público.

En una charla con El Sol de Chilpancingo, Bonilla Gómez recordó que la Escuela de Comunicación nació hace tres décadas, a petición de los periodistas en activo.

En 1983, el rector Enrique González Ruíz tuvo la intención de abrir la carrera. Sin embargo, el proyecto se postergó debido a los problemas financieros que enfrentaba la UAGro.

Cuatro años después, en 1987, las delegaciones Chilpancingo y Acapulco del Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa (SNRP) se acercaron al entonces rector Ramón Reyes Carreto, para pedirle que retomara el proyecto.

La Escuela de Comunicación nació el 8 de octubre de 1987 con un programa técnico con bachillerato integrado, ya que los periodistas que había en activo únicamente contaban con secundaria concluida.

Al poco tiempo surgió una gran demanda de aspirantes que no ejercían la labor periodística y que sí contaban con certificado de preparatoria.

Por ello, la Escuela de Comunicación abrió dos grupos: uno para los que tenían secundaria y otro para los que contaban con bachillerato.

Sin embargo, los estudiantes con bachillerato exigieron que la carrera de técnico en Periodismo se convirtiera en una licenciatura en Comunicación.

El entonces rector Ramón Reyes Carreto escuchó la demanda de los estudiantes y en 1988 la UAGro lanzó el programa de licenciatura en cuatro años.

Felicidad del Socorro Bonilla Gómez fue la directora fundadora de la Escuela de Ciencias de la Comunicación de la UAGro en el periodo 1987-1990. Después fue directora electa de la facultad, en el periodo 1990-1993.

“Yo puedo decir que fui directora por accidente”, afirma en una extensa charla con este medio de comunicación.

El equipo encargado de cristalizar el proyecto estaba conformado por ella y tres compañeros guatemaltecos.

“En aquel entonces, la ley marcaba que no se podía ser director de una escuela si no se tenía nacionalidad mexicana. La primer propuesta para director fue Elizeo Alburez, pero era guatemalteco. Entonces voltearon a ver y dijeron Felicidad Bonilla. Por eso digo que fui directora por accidente”, relata la catedrática.

En un primer momento, el Consejo Universitario le otorgó a la Escuela de Ciencias de la Comunicación un espacio para la construcción de sus instalaciones cerca del lienzo charro, pero el nuevo rector, Marcial Rodríguez Saldaña, cambió los planes y les propuso el Rancho Xhalaco.

“En esos años no había nada. Hoy ya es un lugar poblado, pero entonces no había nada y yo dije que no podíamos ponernos en riesgo ni de asaltos, ni de violaciones”, recordó Bonilla Gómez. “Nos pusimos a pelear nuestros terrenos y acudimos al gobernador José Francisco Ruíz Massieu, quien afortunadamente nos concedió una audiencia porque fuimos con estudiantes”.

La catedrática recordó que Ruíz Massieu le llamó por teléfono al entonces presidente municipal de Chilpancingo, Efrén Leyva Acevedo.

“Le pidió que nos mostrara la reserva territorial que en ese momento tenía la ciudad, para que nos donara un terreno y se pudiera edificar la escuela”.

Para entonces, la Escuela de Ciencias de la Comunicación ya había ocupado dos casas rentadas, una en la calle Nicolás Catalán y otra frente al Seguro Social. A la par utilizaron las instalaciones de la escuela de Economía.

También habían ocupado unas aulas de la escuela de Ingeniería y una casa atrás de la escuela de Derecho, en la Calle del Sol.

La falta de instalaciones propias dificultaba el proceso de enseñanza-aprendizaje, ya que los estudiantes tenían que improvisar los talleres de televisión y fotografía.

Fue entonces que el alcalde capitalino Efrén Leyva Acevedo les donó un predio en lo que hoy es el Fraccionamiento Reforma, donde actualmente se erigen las instalaciones de la Facultad de Comunicación y Mercadotecnia (Facom).

La doctora Bonilla Gómez recuerda que otra de las dificultades que enfrentó la Facom en sus primeros años fue la falta de una plantilla de docentes con perfil académico en Guerrero.

“En esos mediados de los ochenta sólo había una estación de radio en Chilpancingo, la XCLI y en Tixtla la XCPI. En Acapulco había dos o tres estaciones de radio y los periódicos también eran pocos. Pero entonces se dio el bum de los medios de comunicación, empezaron a pulular las estaciones de radio y comenzaron a surgir más periódicos y con ello comenzó la demanda de gente preparada para trabajar… pero no teníamos quién pudiese dar clases”, relata la directora fundadora.

El gobernador José Francisco Ruíz Massieu apoyó a la escuela con personal docente capacitado, que procedía de las oficinas de prensa del gobierno del estado y del sistema de Radio y Televisión de Guerrero (RTG).

Conforme transcurrió el tiempo, relata Bonilla Uribe, la Escuela de Ciencias de la Comunicación consiguió personal docente de otras universidades. Finalmente, la plantilla se compuso de los propios egresados de la facultad.

“Esto tiene sus ventajas y desventajas”, explica, “la ventaja es que ya hay una planta académica que está aquí, arraigada. Pero por otro lado, es una endogamia tremenda porque no pueden tener una visión de otras instituciones que te puedan retroalimentar y hacer crecer”, advierte.

A pesar de las carencias con las que inició esta facultad, la doctora Felicidad Bonilla Gómez asegura que ésta ha dado grandes aportaciones a Guerrero.

“La Escuela de Comunicación le vino a cambiar el rostro al periodismo y a la comunicación en el estado”, afirma. “Hay una gran cantidad de egresados (de la UAGro) entre la gente que hace periodismo en Guerrero, pero también las instituciones entendieron que necesitaban gente formada en el área de comunicaciones, que se requería gente con experiencia, porque casi siempre era gente que venía de carreras de Derecho o sin ninguna formación, o con muy poca experiencia en los medios”.

Bonilla Uribe destaca la demanda que ha tenido la Escuela de Ciencias de la Comunicación desde su nacimiento, hace ya tres décadas.

El primer año de operaciones, la escuela estaba preparada para recibir a 50 estudiantes, pero recibió a 200 alumnos en el nivel técnico.

La primera generación de licenciatura se programó para 50 alumnos, pero finalmente se inscribieron 63.

En la segunda generación, en el año 1990, se abrieron tres grupos de 50 estudiantes, es decir, 150 alumnos en total.

Actualmente la escuela tiene cerca de 700 estudiantes y cuenta con dos programas educativos de licenciatura: Comunicación y Mercadotecnia.

Los nuevos retos

Para la directora fundadora Felicidad Bonilla Gómez, la Facom tiene por delante un nuevo reto pero también una gran área de oportunidad: la actualización de sus planes y programas de estudios.

“El mundo ha cambiado. Hoy por hoy, la tecnología tiene mucho que ver, el manejo de los multimedia, de las redes sociales. Creo que es un asunto que hace falta que se maneje intensamente”, expone.

Y aunque afirma que la Facom le ha dado grandes aportaciones a Guerrero, también cree que le ha quedado a deber.

Bonilla Uribe es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma Metropolitana; especialista en Educación Superior por la Facultad de Ciencias de la Educación de la UAGro; maestra en Mercadotecnia por el Instituto de Estudios Superiores de Puebla y doctora en Ciencias de la Información “CUM LAUDE” por la Universidad de La Laguna, Tenerife, España.

Con la experiencia de su lado, la catedrática afirma que la Facom “no ha sabido aportar suficiente conocimiento sobre el estado que guarda la comunicación en Guerrero”.

“Hace falta investigar más qué es lo que pasa con los receptores, trabajar sobre el derecho del receptor, a qué puede apelar, qué quiere ver, qué quiere leer, qué quiere escuchar. Falta trabajar la opinión de la sociedad civil dentro de los medios de comunicación. Ese es el panorama que yo creo que son las áreas de oportunidad que hoy se deben trabajar”, expone.

– ¿Cuál es el panorama actual de la labor periodística que se ejerce en Guerrero?, se le preguntó.

“Me parece que hace falta mucho análisis de la situación, me parece que hace falta mucha visión analítica, se da mucho el dato, se da mucho el momento. En la gran mayoría de los medios se siguen nutriendo del dato que te da nota, pero no se ocupa el dato para hacer el análisis del fenómeno social que estamos viviendo, para que la sociedad se pueda apropiar de lo que está sucediendo y se pueda organizar para plantear una mejor situación de vida (…). Necesitamos tener medios que vean más allá del negocio en la nota de lo que se vende, para que se pueda trabajar lo que también interesa. Debe haber compromiso por parte del medio y por supuesto debe haber compromiso de quien trabaje en los medios”.

– ¿Qué tan importantes resultan los medios de comunicación en la construcción del estado democrático?

“Yo creo que hoy los medios contribuyen al estatus quo que tenemos. Abonarle al estado democrático implicaría eso, generar opinión, tener opinión, lograr una vida más participativa. Te puedo decir, hoy por hoy, que también los ciudadanos debemos asumir responsabilidades”.

– ¿Cómo lograr esa prensa crítica y analítica?

“Creo que es una tarea que nos ha quedado pendiente (en la Facom), debe de haber mucha formación de campo. La queja de toda la vida de los egresados que sienten no saber gran cosa, o saber muy poco, o hay quienes dicen a veces no saber nada. Sin embargo están insertos en los medios. Creo que la carrera de comunicación necesita tener práctica desde un principio, ser muy práctica, foguearse en el terreno. Implica también tener una pedagogía muy crítica, es decir, debe ser un análisis permanente de lo que está cometiendo, de lo que está haciendo, pasar la teoría a la práctica y la práctica pasarla por el tamiz de la teoría. Porque si solamente haces práctica sin tener un análisis que te lleve a la metacognisión, ese análisis a lo que haces y lo que conoces, no logras construir más allá de lo que ya estás acostumbrado a hacer”.

– ¿Cuál es el perfil que debe tener el aspirante a la escuela de Comunicación?

“Tiene que ser alguien en primer lugar que lea, que lea mucho. Tiene que saber hacer trabajo colaborativo, es decir, tiene que hablar con otras personas, tiene que aprender a escuchar y tiene que aprender a ver. Debe tener una mirada aguda para entender qué hay más allá del hecho y del suceso, más allá de lo evidente. Porque si no, nos volvemos una especie de cronistas de lo superficial y cuando se entra a la escuela y se ve que no llevamos pasarela 1, maquillaje 2, entonces puede resultar una frustración el saber que hay que saber escribir, que hay que saber construir, que hay que tener la habilidad del manejo de la comunicación oral y escrita.

– ¿Cómo describiría el ejercicio periodístico que se realiza en Guerrero?

“Creo que es muy inmediatista, muy reiterativo y muy poco analítico. También me voy a referir a los columnistas, porque son los que se supone hacen análisis, que los lectores también nos damos cuenta qué pasa con las columnas”.

– Hay quienes consideran al periodismo el cuarto poder, ¿considera que es correcto?

“Los medios fueron el cuarto poder. Hoy creo que han dejado de serlo porque cada vez son menos las voces que realmente son un contrapeso a los poderes. Eran el cuarto poder en la medida en que eran un contrapeso, se supone, de los tres poderes. Pero yo creo que por la inmediatez y a veces la superficialidad de la información, han dejado de serlo”.