* Sin embargo, monseñor Felipe Aguirre dijo que es necesario que la sociedad ponga de su parte para lograrla

 

Alondra García

 

El arzobispo de Morelia, Carlos Garfias Merlos, y el arzobispo emérito de Acapulco, Felipe Aguirre Franco, se pronunciaron a favor de la oración y el trabajo comunitario para reconstruir la paz en Guerrero, porque a pesar de que es “un regalo de Dios”, es necesario que la sociedad ponga de su parte para lograrla.

La Comisión Diocesana para la Pastoral de la Comunicación Social (Codipacs) de Acapulco publicó dos vídeos en sus redes sociales, en los que ambos arzobispos expresan sus comentarios con motivo de la Semana de la Paz, que inició el sábado 16 de septiembre y concluirá el jueves 21.

Monseñor Felipe Aguirre Franco reconoció que “la reconstrucción de la paz es un proceso que no se puede lograr como por ósmosis o por milagro”.

Sin embargo, dijo, “hay que insistir con mucha oración y con mucha unidad (…) para afrontar esta situación de violencia y de enfrentamiento que ha suscitado muchos dramas y tragedias en Acapulco y en todo Guerrero”.

El arzobispo emérito de Acapulco explicó que “la paz es un regalo de Dios” y que ésta llegará a Guerrero “cuando el Señor la conceda” y la sociedad ponga de su parte para lograrla.

El prelado católico señaló que “el bien es más fuerte que el mal” y que por lo tanto, la paz será la vía para vencer la violencia.

Por su parte, monseñor Carlos Garfias Merlos afirmó que la atención a las víctimas de la violencia es un camino necesario para construir la paz.

“Esto será fundamental como un punto de partida para la reconstrucción de las personas. También será muy importante el diálogo social (…), que pueda hacerse análisis de los temas y puedan buscarse las alternativas de solución”, expuso.

Garfias Merlos también señaló la importancia de la oración y el anuncio del Evangelio para lograr la paz.