* El destacado constitucionalista Jorge Rendón consideró que la solución de los problemas de nuestro país deben venir desde la misma sociedad, porque los partidos están distanciados de los ciudadanos

 

Ana Lilia Torres

 

ACAPULCO.— La violencia y demás problemas que lastiman al estado de Guerrero, son consecuencia del atraso económico y la profunda desigualdad social que caracterizan a esta entidad, y que la hacen una de las partes más sensibles del país, señaló el doctor en derecho constitucional, Jorge Rendón Alarcón.

En entrevista después de dictar la conferencia magistral “El Estado Constitucional Moderno”, el jurista planteó que las elecciones del 2018 abren la posibilidad de reorientar el rumbo del país y que esto tiene que partir de una acción ciudadanía y no del sistema político mexicano que, a su juicio, está agotado.

Manifestó que hoy la sociedad debe tener una mayor participación en la vida constitucional de México para superar los problemas que la aquejan.

“Tenemos una vida pública muy desarreglada y conflictiva, la única salida que tenemos es de todos y para todos, actuando en una acción concertada. Hoy no se vive una vida constitucional, empezando por el poder político que actúa en función de sus propios intereses. El primer paso es que el poder político se sujete a la ley”, estableció.

Sobre la situación en Guerrero, Rendón Alarcón dijo que no es ajeno al sistema político mexicano y “lo que pasa es que quizás el estado de Guerrero es la parte más sensible del país, por su atraso económico, su fragilidad económica y la injusticia social”.

Señaló que este es un estado de enormes contrastes, porque “son muchos Guerreros, La Montaña, la Costa, el Centro y hay una desigualdad a la que hay que encontrarle la solución debida, pero ésta solución parte también en el contexto sistema político mexicano al que pertenece”.

Cuestionado sobre si la pobreza trae aparejados otros fenómenos como la violencia, el jurista manifestó que “el origen de todos los problemas ha sido la desigualdad, que ha propiciado un desequilibrio en la política en todos los ámbitos, que ha hecho imposible resolver los problemas”.

Dijo que hoy quizás el más grave es el de la violencia, pero el fondo y el punto de arranque de todo es la profunda desigualdad, la inequidad y corrupción, que contribuye a que siga habiendo injusticia social.

Hay una clase política que no sirve a la ciudadanía, sino que se sirve del poder, para su interés personal y ese es el problema fundamental, añadió.

Con respecto a las elecciones del 2018, el abogado constitucionalista consideró que pueden ser la oportunidad para repensar la situación política que está viviendo el país, pero lo ve difícil, porque tendría que haber una mayor participación de la gente en la vida pública en lo cultural, educativa y social y eso está ausente, sobre todo en Guerrero, donde los ciudadanos están abatidos por sus problemas, pero deben superar ese estado ánimo y participar.

Consideró que el país requiere una profunda transformación, pero los partidos políticos están distanciados de la ciudadanía y existe un sistema político actual que está agotado

Por ello planteó que la solución debe partir de un movimiento social y no de la figura de un candidato como Andrés Manuel López Obrador, porque la solución de los problemas de México no vendrá de una salida mesiánica ni de un solo hombre, sino de la acción de los ciudadanos en conjunto.

El doctor en Derecho señaló por último que los gobiernos han fallado en el cumplimiento de la Ley y deben rectificar, porque cuando se pasa por encima de las leyes se genera un Estado de exención que hace más complejos los problemas.