Alejandro Mendoza

 

Por la importancia que tiene en la actualidad y sobre todo por las condiciones por las que atraviesa nuestro país, nuestro estado y nuestro municipio, es necesario plantear uno de los temas más urgentes ante su notable ausencia: el liderazgo político.

Alberto E. De Aragón en su obra “Cómo ganar el corazón y la mente de los votantes”, trata la importancia del liderazgo político.

Expone que el líder es la persona capaz de guiar, conducir y lograr ser seguido por sus características ordenadas, emprendedoras y visionarias, con la facultad de influir en los demás, lograr que se hagan las cosas.

Tiene la capacidad de desarrollar condiciones personales de guía y ejemplo a emular. Ser líder no es una postura o galardón para lucir, es un gran reto, es un compromiso, una responsabilidad y una obligación entre los que han sido premiados con esa dádiva de la providencia.

El liderazgo tiene una serie de acepciones, fines y objetivos, de acuerdo a la orientación a que se haga referencia puntual. De esa cuenta, se habla de las características intrínsecas de una persona que dirigir una organización no importando cual sea esta, política, social, empresarial, religiosa, cultural, deportiva, etc.

Es el atributo personal mismo el que prevalece como una condición sine qua non y en efecto, ésta condición será la gran diferencia con respecto a otras personas.

En tanto que Ricardo Homs en su libro “Marketing para el Liderazgo Político y Social”, explica que el liderazgo es un don que hay que ejercer con responsabilidad social.

Cuando expone el sentido del liderazgo y la democracia hace alusión que en un mundo cada vez más tecnologizado y complejo, para poder gobernar con eficiencia y eficacia, las decisiones deben ser tomadas por quienes tienen el conocimiento y la información precisa.

Por lo tanto, plantea, que no se debe confundir la democracia con el derecho de algunos miembros de la sociedad para realizar intervenciones improvisadas en temas para los que no es está preparado para decidir y, menos aún, cuando no se cuenta con el mandato ciudadano ganado en las urnas, con autoridad delegada por quien si lo obtuvo.

Sin embargo, cuando la sociedad pretende intervenir directamente en las decisiones políticas ejerciendo los recursos de presión que le son propios, entonces queda en evidencia que quienes gobiernan no están ejerciendo liderazgo, pues el primer efecto del liderazgo es la generación de confianza.

La democracia no debe interpretarse como el derecho de cualquier ciudadano a intervenir en las acciones de gobierno, sino en su derecho a seleccionar a quienes, en su nombre, deben tomar las decisiones y guiar a la comunidad, porque representan mejor sus necesidades, intereses y expectativas.

Es importante destacar el liderazgo político, muchas de las veces, queda entrampado en la cultura de la negociación política, con la cual se pretende identificar la esencia de la vida democrática, porque se está convirtiendo en el principal obstáculo para la equidad y la justicia dentro del Estado de derecho, pues sustituye a la aplicación de las leyes, cometiéndose, de este modo, una aberración jurídica.

La negociación política pretende ahogar el liderazgo político porque constituye un juego de fuerza entre actores políticos, donde el ganador no es quien tiene la razón de su lado, sino quien tiene la fuerza, en perjuicio de su contraparte y de la sociedad en su conjunto.

Además, concluye, que esta situación constituye un riesgo para la gobernabilidad, pues estimula a minorías sociales politizadas y bien organizadas a tomar espacios públicos para hacer valer sus derechos, reales o ficticios, con el chantaje a la autoridad legalmente establecida a través de procesos democráticos, y la orilla a negociar con total opacidad, no en el ámbito jurídico, sino en el de la confrontación, aprovechándose de la emotividad de la opinión pública y la apertura de espacios en los medios masivos de comunicación y redes sociales. Y ahí es cuando el liderazgo político truena.

Los errores fueron míos, los aciertos de Dios, sonría, sonría y sea feliz

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