* La Provincia Eclesiástica de Acapulco señaló que duele “el desprecio de la vida y dignidad de las personas, de la convivencia respetuosa y del trabajo honesto”, e hizo un llamado a los criminales a “arrepentirse de sus malas acciones”

 

ALONDRA GARCÍA

 

La Provincia Eclesiástica de Acapulco lamentó “el sufrimiento” que se vive en Guerrero “a causa de la violencia” y llamó a los criminales a “arrepentirse de sus malas acciones”.

Ayer se realizó en Zumpango el segundo día de trabajo del 22° Encuentro Provincial de Pastoral en el que los representantes de la Iglesia Católica de esta región trazaron la ruta para conseguir que en Guerrero haya “paz con misericordia”.

Por la tarde, la Provincia Eclesiástica difundió un comunicado de prensa el cual fue firmado por los obispos Salvador Rangel Mendoza, de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa; Maximino Martínez Miranda, de Ciudad Altamirano; Dagoberto Sosa Arriaga, de Tlapa, y por el presbítero Rafael Valencia González, administrador diocesano de Acapulco.

“Nos duele profundamente el sufrimiento que está viviendo nuestra Provincia a causa de la violencia, que está afectando fuertemente a las familias, a las instituciones sociales y comunidades enteras, en su integridad física, en su economía y en su estabilidad. Así como el desprecio de la vida y dignidad de las personas, de la convivencia respetuosa y del trabajo honesto”, se lee en el primer párrafo del documento.

Los tres obispos y el administrador diocesano manifestaron su disposición para acercarse a las víctimas de la violencia “con ojos y corazón de pastores que ven y sienten los sufrimientos de los pueblos que están viviendo esta realidad dolorosa”.

De acuerdo con el comunicado, las víctimas de la violencia “necesitan consuelo y acompañamiento”, pues han tendido sus manos “clamando ayuda y pidiendo solidaridad”.

La Provincia Eclesiástica de Acapulco no limitó su mensaje sólo para los agraviados. Los obispos también hicieron un llamado a los criminales para cambiar su actuar.

“Invitamos con paternal firmeza a todos aquellos que están generando diversos tipos de violencia en nuestras comunidades, que no olviden que somos hermanos y los exhortamos al arrepentimiento de sus malas acciones, acercándose a Jesucristo que renueva y redime a la persona, transformando el corazón de piedra en corazón de carne que ama a pesar de los pecados”, se lee en el documento.

Asimismo, les recordaron a los fieles católicos que “todos tienen necesidad de consuelo, porque ninguno es inmune al sufrimiento, al dolor y a la incomprensión”.

Por ello, llamaron a la comunidad católica a “poner su mejor esfuerzo para impulsar iniciativas y acciones que permitan a todos volver a mirarse como hermanos, con la confianza mutua de ser gente de bien, con el compromiso de luchar hombro a hombro para mejorar los ambientes en los que vivimos, siendo artesanos de la paz”.

También los convocaron a “hacer de la misericordia un estilo de vida cristiana (…) con una palabra que da ánimo, un abrazo que te hace sentir comprendido, una caricia que hace percibir el amor, una oración que permite ser más fuerte”.

“Son todas expresiones de la cercanía de Dios a través del consuelo ofrecido por los hermanos”, indica el llamamiento de los obispos.

Por su parte el obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, detalló que durante el Encuentro Provincial los obispos expusieron qué hace cada diócesis en favor de la paz, para la atención de las víctimas y la conversión de los victimarios.

El objetivo, dijo, es “hacer actos de misericordia” que logren “la concordia y la reconciliación”.

“Jesús tiene misericordia con el pecador. Nos podemos levantar y Jesús nos perdona, siempre y cuando nos levantemos y tratemos de evitar el mal”, explicó en referencia a quienes realizan actos criminales.