* Habitantes de comunidades de varios municipios serranos se concentran en Tlacotepec, centro de la zona amapolera de la entidad, donde anunciaron que harán frente a la delincuencia

 

BERNARDO TORRES

 

TLACOTEPEC.— Recordando la frase de Heliodoro Castillo: “Podrán verme muerto, pero nunca rendido o humillado”, habitantes de unas 200 comunidades de la Sierra iniciaron un movimiento de autodefensa para hacer frente a la delincuencia organizada.

Unas tres mil personas provenientes de los municipios de Heliodoro Castillo, Apaxtla de Castrejón, Teloloapan, Eduardo Neri y Leonardo Bravo, se reunieron este domingo en esta ciudad “El Corazón de la Sierra”, para anunciar un levantamiento armado.

Portando armas de bajo calibre, marcharon por las principales calles celebrando la conformación de la Policía Comunitaria, que desde ayer asumió el control de la seguridad, en la principal zona de siembra de enervantes de la entidad.

Se dijeron dispuestos a no seguir sometidos por las bandas de la delincuencia organizada, toleradas por las autoridades municipales, estatales y federales, y buscar un mejor futuro para sus mujeres, ancianos y niños.

Durante el recorrido, llamaron a la población en general a sumarse al movimiento, comerciantes, transportistas y estudiantes, a fin de restablecer la paz que hubo antes de que la violencia entre grupos criminales se agudizara en Guerrero.

Una veintena de comisarios, al hacer uso de la palabra coincidieron en la necesidad de conformar una corporación emanada del mismo pueblo, en lugar de seguir dependiendo de las falsas promesas que durante décadas han hecho los gobernantes.

El movimiento fue respaldado por la “Policía Comunitaria Tecampanera”, del municipio de Teloloapan, y el “Movimiento Apaxtlense Adrián Castrejón”, de Apaxtla; ambos operan en la zona Norte.

Frente a las miles de personas, reclamaron a los tres niveles de gobierno el abandono en el que se encuentra la Sierra, donde la falta de empleos, educación y proyectos productivos, los ha orillado a la siembra de amapola y marihuana.

Sin negar que gran parte de la población se dedica a esta actividad, pidieron que cese el hostigamiento del Ejército, la destrucción de plantíos con el uso de helicópteros que además arrasan con otros cultivos legales, como el maíz, huertas de manzana, peras y durazno.

Adelantaron que además de brindar seguridad en sus comunidades, la organización que recién inicia tendrá el objetivo de presionar al gobierno para que los recursos destinados y etiquetados lleguen a los campesinos y no se queden en manos de funcionarios.

Varias de las comunidades que hoy adoptaron este modelo de seguridad, son las que en agosto de 2013 sufrieron desplazamientos por ataques y amenazas de la delincuencia organizada y estuvieron refugiados algunas semanas en la cabecera municipal.

Comisarios refirieron que actualmente hay comunidades donde prácticamente ya no vive nadie y sus familias vagan de pueblo en pueblo pidiendo asilo, o incluso se han ido a otros estados del país, huyendo de la violencia.

En otros poblados, las consecuencias de la presencia de grupos armados es el cierre de escuelas, centros de salud, donde los maestros y médicos no tienen garantías para desempeñar sus labores y ya no regresan. (API)