* El fiscal del estado reitera a ‘El País’ que con 400 policías ministeriales para todo el estado “no tengo capacidad humanitaria” para contrarrestar a grupos delictivos

 

* Dejó entrever que a los montadores de Morelos podrían haberlos confundido con gente de Santiago Mazari, ‘El Carrete’, en una zona que controla Isaac Navarrete

 

Redacción

 

El fiscal general del estado, Xavier Olea Peláez, reconoció que la institución a su cargo no cuenta con los medios y recursos suficientes para “enfrentar al crimen organizado” que opera en Guerrero.

En una entrevista publicada por el diario español ‘El País’, el fiscal reconoció que la situación de seguridad y procuración de justicia en nuestro estado es muy delicada.

El fiscal admitió que es imposible plantarle cara a la delincuencia con los actuales limitaciones presupuestales, tecnológicas y humanas que enfrenta la Fiscalía General del Estado, porque con 400 policías ministeriales para todo el estado, “no tengo la capacidad humanitaria para enfrentar al crimen organizado”.

Según los datos de la Fiscalía, durante 2015 se cometieron 2 mil 016 homicidios dolosos; el año pasado la cifra subió a 2 mil 213 y de acuerdo con Olea Peláez, se han resuelto poco más del 60 por ciento.

También creció el número de extorsiones y los robos violentos. Otros delitos, como el secuestro, se mantuvieron en niveles de 2015.

El fiscal presumió una reducción en el número de casos de extorsión. Sin embargo, la estadística contradice a la expuesta por el gobierno federal, la cual revela un aumento en este delito.

“La extorsión se ha reducido. Yo tengo que tomar los números que tengo”, precisó Olea Peláez.

Recordó que cuando el gobernador Héctor Astudillo Flores asumió la gubernatura se registraban entre 14 y 15 asesinatos diariamente en Acapulco. La media actual, dijo, es de 2.2 homicidios por día.

El periodista de El País insistió en que si hay un incremento delictivo, según las cifras del gobierno federal.

“Aquí pudo haber subido, pero están resueltos (los delitos)”, expuso el fiscal. “Por ejemplo, hay mil secuestros, pero se resuelven 800 (…). En Guerrero no se ejecutaban órdenes de aprehensión, sólo si la víctima del delito hacía un regalo. Y ahora llevamos más de 2 mil. Tampoco se tomaban interés por los secuestros y ahora llevamos capturados 868 gentes (secuestradores). Hemos liberado a más de 90 personas y hemos desarticulado más de 33 bandas”, detalló.

-Sin embargo, de 2015 a 2016 se mantuvo la incidencia de este delito, señaló el periodista.

-“Sí, pero antes no se resolvían. Ahora se resuelve el 80 por ciento” de los plagios, atajó Olea Peláez.

Sobre el caso de los siete jinetes y una mujer de Morelos que desaparecieron cuando iban a una feria de charrería, el 17 de febrero pasado, el fiscal expuso lo siguiente: “Ellos salieron de Cuautla, pasan a Cuernavaca, luego van a Taxco y luego van a Iguala. Ojo, traen placas de Morelos. Suben hacia la sierra. Ahí hay grupos delincuenciales del Señor de la I (en referencia a Isaac Navarrete). Hay mucha amapola”.

Isaac Navarrete Celis, también conocido como El Señor de la I, “tiene todo el control en esa zona, controla una banda desde la parte baja de la sierra”, insiste Olea Peláez.

Ante este escenario, consideró que a los jinetes “al ir a su evento seguramente los confundieron y creyeron que eras personas de ‘El Carrete’ (Santiago Mazari, líder de Los Rojos) que opera en la parte norte del estado de Guerrero y que ahora, presumiblemente, opera también en Morelos”.

Otra posibilidad, dijo el fiscal, es que alguno de los jinetes tuviera relación con el crimen organizado, pero “los estamos buscando. Precisamente vengo de una reunión y creemos que podemos localizarlos. Vivos o muertos, lamentablemente”, comentó.

Sobre el asesinato del periodista Cecilio Pineda Birto, ocurrido en Ciudad Altamirano, aseguró que “sabemos quién lo mató. Cecilio había tenido un par de atentados. No es tan fácil detener a ciertas personas. Sabemos quiénes son los autores intelectuales. Se está investigando quienes fueron los materiales, que fueron dos. Pero la gente no coopera en decir cómo ocurrieron los hechos”, aseveró.

En la entrevista con El País, el fiscal tocó otros temas: la pelea encarnizada por las rutas del opio entre dos bandas criminales, Los Ardillos y Los Rojos; la tranquilidad que se respira en Iguala, el pueblo donde desaparecieron los 43 estudiantes de magisterio en 2014 y por último, también, el caso del diputado local Saúl Beltrán.

La Fiscalía acusa al diputado de asesinato. Los medios, de ser compadre de ‘El Tequilero’. En un ejemplo de la podredumbre del sistema, un agente local de la Fiscalía y una juez pusieron en peligro el proceso, saltándose un paso primordial para proceder a la detención de Beltrán.

Olea dice que por presiones del crimen organizado. “Pero tendrían que haber informado a sus superiores”, lamenta.

-En este caso tan sensible, ¿no tendría que haber estado la Fiscalía más encima para evitar poner en peligro el proceso?, le cuestionó el periodista.

-Pero ¿encima de qué? Si no teníamos conocimiento de la existencia de esa denuncia. ¡(El agente) la escondió en el escritorio! Si no, la hubiera concentrado en otro lugar, Chilpancingo, Iguala. Yo me entero de la orden de aprehensión cuando llega a la coordinación de la Policía Ministerial y el coordinador me la lleva a mí. Y me dice, vea”, argumentó Olea Peláez.