ALONDRA GARCÍA

 

Las comunidades de la sierra ya comenzaron a recibir a los primeros guerrerenses deportados de Estados Unidos, derivado del endurecimiento de la política migratoria impuesta por el presidente Donald Trump, informó Rigoberto Acosta González, dirigente del Consejo Regional de la Sierra de Guerrero (Cresig).

En entrevista con El Sol de Chilpancingo reveló que durante el fin de semana llegaron a la sierra los primeros paisanos repatriados, quienes fueron capturados en las redadas antiinmigrantes la semana pasada.

“Nos preocupa”, reconoció Acosta González, principalmente por la falta de oportunidades de empleo y desarrollo en los pueblos de la sierra, que han visto en la producción de amapola una oportunidad de subsistencia.

Por ello, comentó que en los próximos días el Cresig levantará un censo para determinar cuántos, quiénes y en qué comunidades están los sierreños repatriados.

Para el también exsecretario de Desarrollo Rural de Guerrero, “al gobierno mexicano no le queda más que fortalecer su economía interna y eso necesariamente lo obliga a voltear al campo y los campesinos”.

De acuerdo con Acosta González, los tres niveles de gobierno tendrán que revertir el rezago del campo guerrerense y convertir el cierre comercial de Estados Unidos en “una oportunidad para desarrollar la producción y el consumo interno”.

Dijo que “evidentemente tenemos que ser más competitivos y eficientes en la aplicación de los fondos y recursos del erario público y de las propias inversiones que hagan los productores”.

Consideró que “este momento de crisis de la economía global y sus implicaciones políticas a partir del presidente Donald Trump”, es una oportunidad para que las comunidades “desarrollen su imaginación” en el rubro agropecuario y de que los gobiernos “atiendan las problemáticas de las regiones”.

Por ello, pidió a los tres niveles de gobierno que “volteen al campo para atenderlo con propuestas productivas”.

 

El mezcal, a la alza

 

El también presidente del Consejo Estatal del Maguey Mezcal, Rigoberto Acosta González, consideró que la exportación de mezcal no se ve en riesgo a pesar de la cerrazón comercial del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Explicó que el mercado de vinos y licores, “sobre todo el mezcal”, va a la alza.

“No nos afecta la política de Donald Trump”, aseguró. Sin embargo, reconoció que los mezcaleros sí resentirán la depreciación del peso ante el dólar en algunos insumos para la producción de la bebida.

“Pensamos que la industria está en un momento de crecimiento y debemos de estar preparados para competir con los mercados más importantes de vinos y licores del mundo. Por fortuna las tendencias mundiales del consumo de alcohol se han incrementado y se está viendo en el consumo per cápita de alcohol en México en personas jóvenes”, expuso.

Acosta González detalló que el estado de Guerrero cuenta con 20 marcas de mezcal registradas ante el IMPI, de las cuales, 11 forman parte del Consejo Estatal del Maguey Mezcal.

Cada año, los mezcaleros guerrerenses producen poco más de un millón 700 mil litros de esta bebida.

Cerca de 3 mil 500 familias trabajan en los eslabones de la cadena productiva Maguey-Mezcal.

El año pasado se certificaron cerca de 300 mil litros de mezcal guerrerense, de los cuales, el 60 por ciento se destinó a la exportación a Estados Unidos, Asia y Europa.