* El líder indígena denunció que 8 de sus compañeros fueron secuestrados en Tlayolapa, después de la emboscada de la que fueron víctimas

 

* Aseguró que en la UPOEG están dispuestos a entregar sus armas, pero antes las autoridades deben garantizar la seguridad de los habitantes de las comunidades que ellos protegen

 

ALONDRA GARCÍA

 

Después de advertir que la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero prepara su estrategia para romper el cerco establecido por el FUSDEG en El Ocotito, Bruno Plácido Valerio denunció que ocho elementos de la UPOEG están secuestrados por en Tlayolapa, municipio de Juan R. Escudero, después de los hechos de violencia ocurridos el lunes pasado en los que fallecieron seis integrantes de la organización que representa y otros tres resultaron heridos.

En conferencia de prensa, el líder indígena dijo que “estamos preparando un desplazamiento de policías ciudadanos para romper con el cerco” establecido por el Frente Unido para la Seguridad y el Desarrollo del Estado de Guerrero en El Ocotito.

Precisó que “se está organizando la población, nomás termina el sepelio (de los comunitarios asesinados) y estamos organizando un evento para resolver el rescate de los compañeros (secuestrados por el FUSDEG)”, reveló.

De acuerdo con Plácido Valerio, no había razón para que el FUSDEG emboscara a los integrantes de la UPOEG.

“Los del FUSDEG están acusando de que la policía ciudadana quiere ingresar a sus territorios, que queremos recuperar el control. Si así fuera, nosotros tenemos estrategias y hubiéramos ingresado por la noche, los policías ciudadanos ya hubieran amanecido (en los pueblos). De ingresar lo hubiéramos hecho desde el miércoles o el jueves”, explicó Plácido Valerio.

Aclaró que la presencia de la UPOEG en las comunidades rurales de Chilpancingo y de Juan R. Escudero obedeció a varias peticiones de apoyo que les hicieron los ciudadanos, quienes atestiguaron el ingreso de grupos de civiles armados.

Por ese motivo, indicó, fue que la UPOEG instaló puntos de revisión en Palo Blanco, Buenavista de la Salud y Villas Vicente Guerrero desde el miércoles 19 de octubre.

Incluso, dijo, él mismo se encargó de notificar al gobierno del estado sobre la instalación de los retenes para evitar que hubiera malentendidos.

“Yo tuve una llamada telefónica con el subsecretario de Asuntos Políticos (José Martín Maldonado del Moral) y le dije que los filtros estaban en Palo Blanco, Villas Vicente Guerrero y Buenavista. Desde el miércoles le avisé para que no se preocuparan y pensaran que era otra cuestión”, explicó Plácido Valerio.

Señaló que desde ese día nunca hubo una confrontación con el FUSDEG y que en cambio, procuraron mantenerse “callados” para no caer en provocaciones.

“Sólo le pedimos a los compañeros que revisaran carros, datos, quién entra y a dónde va, para eso eran los filtros de prevención de delitos que pusimos”, indicó.

Por ello, señaló que los policías ciudadanos de la UPOEG no estaban preparados para el ataque armado que sufrieron el lunes en Tlayolapa.

“Lo que pasó en Tlayolapa no fue un enfrentamiento, fue una emboscada. Los enfrentamientos se dan cuando dos grupos se retan, pero aquí fue una emboscada. Mis compañeros iban de regreso, se les acabó su turno e iban de regreso para Tecoanapa, fue entonces que fueron emboscados”, recriminó el dirigente social.

Incluso destacó que los policías ciudadanos de la UPOEG iban armados con escopetas, en tanto que los pistoleros del grupo armado FUSDEG los atacaron con rifles de alto poder, como cuernos de chivo y AR-15, como puede corroborarse con los impactos de bala que recibieron los vehículos y las víctimas.

El líder de la UPOEG anunció que en las próximas horas instrumentarán una estrategia para rescatar a los ocho policías ciudadanos que fueron secuestrados por el FUSDEG tras la emboscada.

Fuera de esta acción que tienen planeada, aclaró que la UPOEG no tiene la intención de controlar los pueblos que actualmente están bajo dominio del FUSDEG.

“No hay una batalla para recuperar territorios, porque los territorios no son propiedad de nosotros ni de nadie. Hay que borrar esa idea, no debe existir”, explicó.

Plácido Valerio indicó que la UPOEG “simplemente va a ayudar a aquellos pueblos que quieran liberarse de los delincuentes que quieren mantener sometida a la población”.

Sin embargo, explicó que esta liberación no será a través de grupos que controlen y sometan a los pueblos, sino con la conformación de asambleas populares para que la ciudadanía elija a sus propios policías.

Bajo este argumento, aseguró que quienes integran el FUSDEG son “delincuentes”, porque tratan de imponer su poderío sobre los habitantes, en lugar de atender a las necesidades de seguridad de los pueblos y regirse bajo asamblea.

Incluso afirmó que dicho grupo armado está liderado por la delincuencia organizada y atiende a intereses tanto políticos como criminales.

Sin embargo, aseguró que hay personas trabajando en dicha organización que tienen un interés genuino por contribuir a la seguridad de los pueblos, pero están siendo engañados y utilizados como brazo armado por los líderes del FUSDEG.

 

UPOEG, dispuesta al desarme

 

Ante este escenario de caos, Plácido Valerio dijo que la UPOEG está dispuesta a “asumir su responsabilidad como organización”.

Incluso dijo que están dispuestos a desocupar los pueblos de Chilpancingo y Juan R. Escudero, así como a entregar sus armas a las autoridades.

La única condición que puso fue que las autoridades institucionales realmente entren a la zona y se encarguen de la seguridad.

“Si la autoridad nos pide que como UPOEG nos desarmemos, lo hacemos, pero que nos garanticen la seguridad de la ciudadanía. El presidente municipal (Marco Antonio Leyva Mena) está pidiendo que se desarme a la policía comunitaria, pero no propone alternativas de seguridad a la población. No la puede desamparar así, de una manera tan irresponsable”, señaló.

El dirigente de la UPOEG consideró que la única manera viable para resolver los conflictos y a la vez garantizar la seguridad de la ciudadanía, es que las autoridades hagan valer la decisión que los ciudadanos tomaron en las urnas al elegir a sus policías comunitarios y consejeros, sin que incidan “los grupos ni intereses de mucha gente que está infiltrada en este proceso”, como es el FUSDEG.

-¿Vale la pena sostener un sistema de policías ciudadanas cuando la gente está siendo asesinada?, se le cuestionó.

El líder comunitario respondió con otra pregunta: “¿Vale la pena dejar esto para que la gente se muera como se estaba muriendo todos los días?, ¿igual que los siete muertos que hubo Acapulco?, ¿los que hubo ayer?, ¿los que hubo hoy?, ¿los que hay todos los días? ¡Por supuesto que vale la pena seguir defendiendo este proyecto!, pero hay que ver a quiénes les vamos a dar armas para que garanticen la seguridad, eso se tiene que vigilar públicamente”.

Recordó que él mismo les ha propuesto a los gobiernos una coordinación para hacer procesos de depuración de policías comunitarias, pero que hasta la fecha ningún gobernante ha tomado en serio su petición.

Plácido Valerio también pidió a los medios de comunicación no confundir a la ciudadanía, al difundir que existe un conflicto entre policías comunitarias.

“No se confundan, para eso es esta conferencia, para aclarar, que se aclare que estamos defendiendo a los pueblos, que no estamos peleando territorios. Que se aclare también que no es un conflicto entre comunitarias, porque el FUSDEG no es una policía comunitaria, es un grupo armado”, expresó.

Después aseguró que dicho grupo es de “delincuentes”, porque no cuentan con acta de asamblea de pueblos.

“Todos los policías comunitarios tienen que ser elegidos por acta de asamblea, si no la tienen no pueden llamarse ni policía ciudadana ni comunitaria, entonces son delincuentes, son grupo armado”, explicó.

Incluso acusó al FUSDEG de ser un “grupo paramilitar” creado por el gobierno federal para contrarrestar el avance de la UPOEG en los municipios.

“Si ustedes revisan verán que no hay retenes militares ni federales en todo ese corredor del FUSDEG, eso fue un pacto para contrarrestar a la UPOEG y fue respaldado por el secretario de Gobernación”, acusó.

Sin embargo, dijo, “el monstruo creció tanto que ningún gobierno municipal ni estatal le ha podido poner orden”.

 

Marco Leyva, el gran culpable

 

Para el dirigente de la UPOEG, Bruno Plácido Valerio, uno de los principales responsables de la situación de violencia, inseguridad, sometimiento y confrontación que se viven en El Ocotito y Petaquillas, es el presidente municipal de Chilpancingo, Marco Antonio Leyva Mena.

Recordó que el pasado 26 de septiembre se realizó un proceso electoral en El Ocotito con la participación del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC) y la observación de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH).

En dichos comicios, los ciudadanos eligieron a quienes serían sus policías comunitarios y sus consejeros.

Sin embargo, el FUSDEG se negó a reconocer los resultados de las elecciones y desde entonces ha amenazado a los ciudadanos para continuar operando de manera impune.

Plácido Valerio señaló que esta situación de confrontación se acrecentó porque el alcalde Leyva Mena no hizo valer la decisión popular y, en cambio, ha favorecido al FUSDEG porque, como el mismo presidente municipal ha admitido, Alberto Valenzo, uno de los líderes del grupo armado, es su compadre.

“Aquí no hay una autoridad que quiera dar la cara por los conflictos, solamente están dejando que la gente se confronte. Aquí el presidente municipal tiene mucho que ver, tenemos una autoridad que solamente se queja y le echa la culpa al estado y la federación, pero no está haciendo su papel, y aquí el responsable de todos estos conflictos es el presidente municipal, porque no está revisando la legitimidad, está cayendo con amiguismos”, acusó el líder de la UPOEG.

Criticó que el alcalde no ha participado en las negociaciones para destensar el asunto, pero sí acudió a Petaquillas para rescatar a un guardaespaldas del líder del FUSDEG, Salvador Alanís, quien fue retenido por la población.

“Entonces sí tuvo tiempo de ir a defenderlo hasta Ocotito. Aquí no hay una autoridad imparcial, hay una autoridad inclinada a grupos, sólo porque es su compadre Beto Valenzo, pero cuando somos autoridad no hay compadres, nuestra preocupación deben ser el pueblo y los ciudadanos”, sentenció.

Por ello, Plácido Valerio insistió en que el primero al que debe cuestionarse “por todos los conflictos que están pasando en Ocotito y Petaquillas” es al presidente municipal de Chilpancingo.

Además, señaló que el alcalde de Juan R. Escudero “está sometido por el FUSDEG” y que dicho grupo incluso lo desarmó, sin que hasta el momento ni el gobierno estatal ni el federal le hayan ayudado para “poner orden”.

El dirigente de la UPOEG insistió en que esta falta de atención de los tres niveles de gobierno ha provocado que haya “una gran impunidad” y que todos “se echen la culpa” en este conflicto.