Dio Sectur una buena y una mala para Acapulco

 

Jesús Lépez

 

El secretario de Turismo Enrique de la Madrid Cordero vino a Acapulco a dar la buena y la mala.

La mala, es que prevé que los recortes presupuestales que le tocó anunciar a José Antonio Meade en su calidad de nuevo secretario de Hacienda van a impactar en el sector turístico.

La buena, una inversión de 250 millones de pesos para realizar 45 obras en la zona tradicional de Acapulco, en conjunto con el gobierno de Héctor Astudillo Flores.

En lo que respecta al recorte de 239 mil millones anunciado por el nuevo titular de Hacienda para 2017, Meade sostuvo que no serán los estados quienes se aprieten el cinturón.

Sin embargo, al impactar al turismo, es obvio que aquellas entidades que como Guerrero, lo tienen como su principal actividad económica,  se verán afectados.

En el caso de Acapulco, el principal motor económico de la entidad, la inversión anunciada por el gobernador y el secretario de Turismo tiene una doble repercusión.

Por un lado, se adelantan al impacto negativo que el anuncio del recorte pudiera tener en los inversionistas del sector, al garantizar que pese a todo la inversión pública en mejorar el destino no se va a detener.

Por el otro, compensa la eliminación del Programa de Rescate del Acapulco Tradicional a partir del 2017, que realizó Luis Videgaray Caso antes de dejar el cargo de secretario de Hacienda y por el cual el Cabildo acapulqueño le hizo un exhorto promovido por el edil de Movimiento Ciudadano, Arturo López Sugia.

La desaparición de dicho programa implica la pérdida de 100 millones de pesos anuales en proyectos especiales que no se alcanzaron a concretar.

La inversión anunciada es más del doble y tendería a culminar esos proyectos inconclusos lo que entonces, sí permitiría el cumplimiento de los objetivos que no lograron anteriores administraciones estatales con el Programa de Rescate.

Llama la atención la rapidez con la que el gobernador Héctor Astudillo gestionó dicha compensación lograda gracias a la buena relación que se ha ocupado en mantener con los miembros del gabinete presidencial, lo cual le ha mantenido a Guerrero y a Acapulco las puertas abiertas.

Dicen que en el pedir, está el dar, y más cuando hay gobernados de por medio. La inversión en la zona tradicional de Acapulco no se va a detener como se esperaba y es gracias a la buena relación intergubernamental entre los gobiernos federal y estatal, a la que también debería sumarse el gobierno municipal.

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