Sadyhel Astudillo

¿Les ha pasado que le muestran una imagen (o un meme) a algún familiar o amigo y este les responde: ya lo vi? Les aseguro que sí. Apuesto que sí y de igual forma reitero que les ha pasado más de una vez… a la semana.

La gran mayoría de los usuarios de un teléfono inteligente utilizan sus “tiempos muertos” para darle una miradita al Facebook o Instagram, mirada que muchas veces dura más de lo que debería o se hace más veces que únicamente en tiempos muertos. Y bueno, como ya se mencionó en anteriores ocasiones, el veneno está en la dosis, así que mientras lo hagamos con moderación y dándole prioridad a lo que realmente lo amerita no hay ningún problema, pero ¿Nos podríamos ocupar en algo mejor o útil en ese tiempo? De cualquier forma en esta ocasión no se escribirá acerca de la problemática del tiempo que le dedicamos a las redes sociales, si no al hecho de “exponernos” a tantas cosas en tan poco tiempo.
Como debe ser del conocimiento, en cinco minutos podemos ver un sin número de imágenes o chistes en cualquier red social, tengamos presente que muchas de esas imágenes tienen una cantidad de texto ínfima y pueden ser “leídos” en pocos segundos, entonces estamos viendo información, noticias, chistes, datos curiosos y demás etcéteras, una tras otras a gran velocidad de tal forma que, una vez hayan pasado los cinco (o más) minutos de distracción, serán pocas cosas –y probablemente de nula importancia- las que serán retenidas en nuestro subconsciente, es decir solo guardaremos información paja, quedando como anillo al dedo la expresión de: “Te entra por una oreja y te sale por la otra”, nos interiorizamos nada de lo que leemos o vemos y además de eso, mal acostumbramos a la dupla de nuestro ojos y cerebro a no leer, a no ver detalladamente y simplemente prestar mínima atención y seguir con lo demás.
El problema se acrecienta cuando tomamos en cuenta que en las plataformas como Netflix y Amazon entre otras, ocurre lo mismo, en cuanto se acaba de ver una película o un capítulo de una serie, se selecciona el siguiente y el que sigue sin descanso hasta que nos de sueño o tengamos que realizar otra actividad. Sin detenernos a profundizar o platicar con alguien sobre dicha película o serie que vimos, sus opiniones; si les gusto o no, etcétera, únicamente seguimos viendo.
Hace una década y más atrás no ocurría esto, pocas veces veíamos una película, únicamente veíamos un capitulo al día de una serie, no teníamos una infinidad de chistes en nuestros celulares etc., de tal forma que cuando veíamos o escuchábamos algo nuevo, duraba un poco más en nuestro subconsciente, cavilábamos si realmente nos gustó o no, pensábamos en remendárselo a otra persona o bien, si conocíamos a alguien más que también lo haya visto, intercambiamos opiniones. Hoy en día las opiniones son simplemente: “velo, esta chido”, no se da un intercambio de ideas, una recomendación fundamentada o una crítica tal cual.
Sé, que lo mencionado no aplica para todos, de igual forma estoy seguro que algunas personas interiorizan y recomiendan (como debe ser) las cosas que ven y se agradece que sea así, pero desafortunadamente se está perdiendo esa costumbre. Y si, quizá el “quejarme” de esto me haga quedar como alguien “fuera de onda” por querer que las cosas sean como antes pero, tengo una justificación válida para la opinión de este texto.
Si simplemente vemos las cosas por verlas sin profundizar, sin mencionar si realmente es bueno o nos aporta algo, comenzaremos a hacer eso con todo lo que consumamos, dejando de importarnos que sea bueno o no para nosotros, que nos guste o no, simplemente lo consumiéremos porque si y las grandes compañías detrás de dicho producto –sea película, serie, ropa, comida, etc.- dejará de esforzarse por crear un producto de calidad y producirá cualquier porquería a sabiendas de que sabe que tiene un público seguro que lo consumirá sin pensárselo dos veces, por lo tanto un público que no le molesta consumir porquería.
Así que esta vez la invitación amables lectores es ser un poco más selectivos con lo que consumimos, a reflexionar e interiorizar lo que leemos y observamos, para daros cuenta si realmente vale la pena que se invierta nuestro tiempo o dinero en ello. Para que, de no ser así, pasemos a otra opción que realmente nos brinde algo de calidad y las empresas se preocupen por no perder a sus consumidores y comience a preocuparse más por lo que producen. De esta forma ganamos todos, las empresas nos ofrecen buenos producto y nosotros estaremos más confiados de que lo que consumimos es algo que requiero un esfuerzo para llevarse a cabo y no simplemente se produzca porque se puede.