* Para el diputado local perredista y presidente del Congreso del Estado a partir del 1º de septiembre, “las consecuencias por el retraso en la entrega del insumo agrícola, serán mayores en el campo guerrerense”, aseguró

Josefina Aguilar

Las consecuencias por el retraso en la entrega del fertilizante, aún están por venir, cuando no se coseche la cantidad de maíz y frijol esperada y no haya producción para el autoconsumo ni mucho menos para vender excedentes, advirtió el diputado local perredista, Alberto Catalán Bastida, elegido presidente del Congreso del Estado a partir del próximo 1º de septiembre.
Lamentó que un programa noble como es la dotación gratuita de fertilizante a los campesinos de Guerrero, haya levantado tanta controversia y malestar, debido al retraso en la entrega del insumo agrícola, problema que aún continúa.
Hasta lunes 22, se anunció por parte de autoridades federales que habrían entregado el 80 por ciento de vales, “pero lo que la gente quiere es el fertilizante, no los vales ni cualquier otro papel”, señaló el legislador.
Advirtió que el problema mayor en el campo guerrerense está por venir “cuando no se coseche lo que se tenía proyectado, cuando las familias no tengan el ingreso que reciben por la venta del maíz, ni tampoco para su consumo propio”.
“Creo que va a ser otra etapa de este gran problema que ha causado el retraso en la entrega del fertilizante, que sólo quedó en una buena intención del gobierno federal para el estado de Guerrero”, recalcó.
Además, puso de relieve que el del fertilizante es el único programa más importante que el gobierno federal destinó en este 2019 para la entidad, “y aunque es bien visto y recibido, no se pensó que traería las consecuencias que está teniendo”.
Son entre 18 y 20 los municipios guerrerenses gobernados por alcaldes perredistas que hasta el momento siguen esperando les llegue el fertilizante, comentó Catalán.
Atribuyó a la inexperiencia de los funcionarios del gobierno federal las fallas en el manejo de este programa. Son “gente (que) sin conocer los caminos, ni las condiciones en que se encuentran los poblados más alejados que necesitan el fertilizante”, y esto es lo que ha generado esta situación de descontento e incertidumbre.
Rechazó que se trate de un programa fallido: “falló su estructuración”, dijo.
Dijo que los encargados el programa tienen un año, si desde ahora lo comienzan a trabajar, para que funcione correctamente, pero insistió “no desde el escritorio, sino en campo”.