* El secretario de Gobierno dijo que al jerarca católico “le gusta convertir el púlpito en tribuna política” y que miente “cuando él señala que quiero arreglar las cosas desde mi oficina y me la paso en el café”

Jesús Saavedra

El secretario de Gobierno, Florencio Salazar Adame acusó al obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, de “mentir y difamar”, además que “viola constantemente” la Ley de Asociaciones Religiosas, que ha reportado a la Secretaría de Gobernación (Segob).
El funcionario estatal reaccionó de esa manera, luego que el jerarca católico declaró que sólo atendía la problemática social desde sus oficinas y desde el café, en concreto al conflicto que se vive en la comunidad de Rincón de Chautla, municipio de Chilapa, cuyos habitantes han denunciado agresiones del grupo criminal Los Ardillos, que los obligó a filmar dos video grabaciones con niños y mujeres que organizan su auto defensa.
Este lunes, Salazar Adame dijo que el conflicto que se vive en Rincón de Chautla “es un tema penoso en virtud del atraso que tiene esa comunidad y otras muchas del estado”, y recordó que “somos el tercer estado más pobre de la República y lamentablemente la pobreza es uno de los desafíos mayores” para las autoridades.
Sostuvo que el gobierno del estado atendió ese conflicto desde que conocieron esos videos, y señaló que “el obispo es sumamente protagónico, le gusta convertir el púlpito en tribuna política, cuando él señala que quiero arreglar las cosas desde mi oficina y me la paso en el café, por supuesto que falta a la verdad”.
Dijo que atiende su responsabilidad como funcionario desde su oficina y que tiene colaboradores que atienden otros problemas como el subsecretario de Asuntos Políticos, Martín Maldonado, y la delegada de Gobierno, Norma Yolanda Armenta.
Y señaló que “es como si dijera que él no atiende las parroquias porque no está en ellas, pero bueno ahí están los sacerdotes, es el obispo, el encargado de la Diócesis; yo salgo cuando tengo que salir, frecuentemente estoy en la oficina porque precisamente veo que los colaboradores cumplan con el papel delicado que cada uno de ellos tiene, pero además, porque el gobernador sale constantemente a las regiones y no es posible que también lo haga, alguien debe quedarse aquí, atendiendo los problemas que se puedan presentar, estoy en las oficinas sábados y domingos, son pocos los días de asueto que tenemos”.
Salazar Adame dijo que no se puede “ignorar que el obispo es un líder espiritual, siempre esperamos que quienes están a cargo haya mesura, reflexión y prudencia”, pero señaló que “con frecuencia ha transgredido la Ley de Asociaciones Religiosas y hemos tenido que mencionarlo ante la Secretaría de Gobernación, porque es mi obligación”.
Recordó que “vivimos en un Estado laico, porque no podemos admitir que ningún ministro religioso violente la ley establecida, el obispo lo hace con frecuencia, ha llegado a declarar que por encima de la ley del hombre, está la ley de Dios; eso está bien para quienes somos creyentes en el ámbito de nuestra conciencia, (pero) en el ámbito de la sociedad lo que prevalece es la Constitución, son las normas, quien quiera pasarse por encima de ellas las está violando”.
Y consideró que el obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa “debería reconocer lo que dijo Jesús: dadle al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios, y él quiere lo contrario”.
Señaló que en el gobierno estatal no hay miedo o temor de salir a las regiones o lugares donde haya conflictos, “por supuesto que no hay miedo, el gobernador recorre el estado todo el tiempo, actuamos dentro del límite de nuestras funciones y reconocemos que no tenemos la fuerza policial suficiente para combatir de manera más drástica a la delincuencia organizada, pero actuamos de acuerdo a la ley, estar en el servicio público es cumplir con nuestra responsabilidad, no evadirla”.
Reveló que con el obispo ha sostenido una conversación muy larga sobre “la situación del estado, los riesgos que podía tener de manera personal por el tema de conciliar entre los grupos delictivos, le recomendé prudencia, a los dos días declaró que quería ponerle un bozal y es absurda esa declaración”.
Agregó que por esas y otras razones le ha pedido una disculpa pública “y guardó silencio, es un líder espiritual que debe actuar con prudencia, pero el obispo está cargado de soberbia: miente y difama”, añadió.