* Monseñor Leopoldo González indicó que se debe impulsar la participación de los ciudadanos, “para que decidan el tipo de seguridad, armada o no, que quieren en sus localidades”

ANA LILIA TORRES

ACAPULCO.— El arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González, propuso establecer una regulación de los grupos de autodefensas que operan en Guerrero, a través de una consulta a la población en sus comunidades para evitar nuevos conflictos como el que se suscitó en Xaltianguis, en la zona rural del municipio.
En conferencia de prensa dominical, el clérigo consideró que es una situación “muy dolorosa” la que se vive en Xaltianguis, por el enfrentamiento del martes pasado entre grupos civiles armados, que dejó como saldo tres muertos y cuatro heridos en ese poblado de la zona rural de Acapulco.
“Expreso mi tristeza y cercanía con las personas que sufren el dolor por sus familiares difuntos y por el sufrimiento de quienes sufrieron daños por ese grave episodio de violencia en esa comunidad”, externó monseñor González González.
Señaló que ahora habrá que empezar el difícil camino por la recuperación de la paz y vuelva la tranquilidad y el sentimiento de seguridad en Xaltianguis, objetivo por el que la iglesia católica está implorando.
“En Xaltianguis todos estos días hasta la celebración de la fiesta patronal, ha sido una súplica constante al Señor Jesús”, dijo el prelado católico, quien señaló que es necesario poner las bases para que no se repita una tragedia similar.
El tema de las policías comunitarias es complejo, dijo el clérigo, quien señaló que “me da la impresión que cada grupo es diferente en sus liderazgos, en sus alianzas, en su relación con la comunidad y en sus acciones”.
“Me dicen que muchas están al margen de la ley, por lo que un gran desafío es su regulación, con una legislación adecuada que tal vez pueda hacerse en base a una consulta seria y responsable en las comunidades”, planteó.
El arzobispo de Acapulco añadió que se debe impulsar la participación de las comunidades, para que decidan el tipo de seguridad, armada o no, que quieren en sus localidades.
Dijo que él mismo se ha impresionado cuando fue a la Montaña, al ver la cantidad de armas que existen en muchas comunidades, por lo que insistió en que es un desafío lograr que la gente transite desarmada con la seguridad de que nada le va a suceder.
En cuanto al asesinato de un promotor de servicios turísticos la noche del sábado en la zona de La Condesa en este puerto, ante la mirada de visitantes, el arzobispo lamentó este hecho violento.
Consideró que estos crímenes demuestran la necesidad de mejorar la prevención del delito y la procuración de justicia, ya que “dejar en la impunidad un delito, abona a que se diga delinquiendo”.
De las acciones de vandalismo realizadas por la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG), monseñor González González dijo que la manifestación es un derecho fundamental de todas las personas, siempre y cuando respeten los derechos de terceros.
“Destruir o dañar bienes públicos, no es dañar a quienes nos gobiernan, sino a la sociedad, porque se construyeron con sus impuestos y la reparación también se hace con sus impuestos, por lo que debe haber respeto para contribuir a la armonía social”, señaló.