* Ambos sistemas dejaron de funcionar al concluir la administración de Zeferino Torreblanca, hace más de 8 años y no han sido reparados: Arturo Álvarez

Jesús Saavedra

Las unidades de monitoreo ambiental que se encuentran en Acapulco y Chilpancingo no sirven desde hace cuando menos ocho años, por lo que no se ha podido medir la calidad del aire en ambas ciudades y pese a ello se decretó una contingencia ambiental en la capital, que para la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semaren) “no fue una medida exagerada”.
El titular de esa dependencia estatal, Arturo Álvarez Angli, aceptó que hay un sistema de monitoreo ambiental fijo en Acapulco y uno móvil en Chilpancingo, “sin embargo no están funcionando en este momento”.
De acuerdo con información pública, ambos sistemas dejaron de funcionar al concluir la administración de Zeferino Torreblanca hace más de 8 años y desde entonces no habían sido reparados.
Álvarez Angli, quien tomó posesión del cargo hace una semana, indicó que de esa situación se informó hace meses al gobernador Héctor Astudillo Flores, quien dispuso de recursos extraordinarios para reparar ambos sistemas de monitoreo ambiental, pero “no han terminado de quedar al cien por ciento y no podemos basarnos en datos de equipos que no están funcionando a la perfección y correctamente calibrados”.
Señaló que la información que tiene disponible del caso, es que la empresa que se encargó de la reparación de ambos equipos de monitoreo “informan que fallaron en algunos detalles y esperemos que queden funcionando correctamente en las próximas semanas, ese es el compromiso de la empresa encargada de repararlos”.
El funcionario dijo que hasta este momento ninguna autoridad ha hecho una recomendación al gobierno de Chilpancingo para declarar la contingencia ambiental, pero “la realidad también es que es facultad del municipio para tomar las medidas necesarias y hacer las recomendaciones que ellos consideren pertinentes para salvaguardar la integridad de la población”.
Por ello consideró que no podría “acusar de alarmista al alcalde (Antonio Gaspar), creo que cualquier medida que se tome buscando proteger a la ciudadanía siempre será correcta, aunque pudiera pareciera ser exagerada”.
Álvarez Angli aceptó que sobre la capital del estado hay una densa bruma gris como consecuencia de los incendios forestales que hay en los alrededores, pero “no tenemos el conocimiento de cuál es la composición de esta fuente de contaminación; no es lo mismo hablar de una bruma por vapores, o en este caso por incendios forestales u otra causa de contaminación, como es el smog por combustión o fuente tóxica que se emane a la atmósfera”.
El funcionario estatal dijo que con esa postura no estaba diciendo “que las cosas estén bien, tenemos que evitar la presencia de incendios forestales y sigo creyendo que en el caso de Chilpancingo no hay un riesgo inminente para la salud de nadie, si bien es cierto es mejor prevenir y evitar actividades al aire libre por la cantidad de sólidos que pudieran existir en suspensión o por las cenizas que pudieran estar en el ambiente, no creo que suponga un riesgo inminente y alto en la salud de nadie”, añadió.