SADYHEL ASTUDILLO

Desconozco si los niños de hoy jueguen al “teléfono descompuesto” o si al menos lo conocen, sean cual sea el caso aquí les dejo una explicación: Se hace una hilera de varios niños, entonces un niño más -ajena a la hilera- le da un mensaje al primero de la fila (entre más largo y confuso sea el mensaje mejor), dicho mensaje sólo puede ser dado una vez.
El primero de la fila le pasa el mensaje (o lo que recuerda de este) al segundo, este repite la acción con el tercero y así sucesivamente hasta abarcar a todos los niños de la fila; el ultimo dirá en voz alta el mensaje, para que quien lo emitió corrobore que efectivamente el mensaje que escuchó al final fue tal cual era originalmente o si le hicieron algunas modificaciones en el transcurso en que sucesivamente lo fueron pasando, en base a eso se elige el ganador. Como ya deben estar imaginando es muy fácil que quien dice el mensaje sin modificaciones es el ganador.
Desafortunadamente ocurre lo mismo en nuestro país, se tienda a deformar (por lo regular para mal) las noticias, para que está sean más llamativas y el público receptor “pique” el anzuelo y las lea, esta noticia lejos de informar correctamente al lector, únicamente lo alarma, pensaríamos que innecesariamente pero no es así, ya que dicha noticia impactará tanto al lector como con quien la comparta, amigos y conocidos que a su vez generaran sensación de alerta y dichos amigos se lo contarán a alguien más, pero de una forma aún más exagerada, generando el efecto del juego que se mencionó el párrafo anterior.
Hizo falta agregar que, la gran mayoría de las veces que se juega al teléfono descompuesto, se obtienen resultados graciosos debido a lo mucho que fue alterado el mensaje; algunas veces el mensaje se invierte, se sale de contexto o se vuelve algo que no tiene ninguna relación con el mensaje original.
(De nuevo) Desafortunadamente va a suceder lo mismo en nuestro país, si nos creemos alguna de esas noticias falsas que rondan en internet y “por azares del destino” nos enteremos de la noticia real, no nos quedará de otra más que reírnos y sentirnos mal con nosotros mismos por habernos creído de la noticia falsa.
Se colocó entre comillas por azares del destino debido a que la mayoría de los mexicanos no tenemos la cultura de corroborar lo que nos dicen o leemos es decir, somos totalmente crédulos de lo que llega a nosotros sin importar de que fuente venga, ya sea un blog cualquiera de internet, una página amateur o directamente un charlatán. La situación se vuelve aún más complicada al saber que no es solamente un teléfono descompuesto el que atraviesa el país, sino que son miles de mensajes los que son difundidos sin miramientos y generan desconcierto y angustias vanas en nuestros paisanos.
Se menciona todo esto debido a las recientes noticias que han estado surgiendo en torno a la gasolina y la situación del país. No hay que creer todo lo que llegue a nosotros por el contrario, desconfiemos y busquemos más fuentes para desmentirlo o asegurarlo y una vez que estemos seguros, comenzar a actuar. Recordemos pues que no hay nada peor que un pueblo desinformado, así que leamos, corroboremos, apliquemos y difundamos.