Alejandro Mendoza

Resulta muy interesante la iniciativa lanzada por el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, para la elaboración de una Constitución Moral. Y ya adelantó que también se hará una encuesta para determinar el nombre del documento.
Entre sus argumentos principales sobresale el relacionado a que hay quienes piensan que su propuesta tiene que ver con lo religioso, con lo personal, que es una invasión a la intimidad de las personas, pero López Obrador considera que es muy importante la moral; en la política es un imperativo ético. No sólo de pan vive el hombre, se refiere al bienestar material y el bienestar del alma.
Especialistas en Derecho Constitucional exponen que el planteamiento es ambiguo y parece mezclar dos conceptos utilizados en la creación de leyes: la ética y la moral. El libro ‘La ética, los derechos y la justicia’, del investigador argentino Julio de Zan, señala que ambos conceptos tienen un significado etimológico similar y se emplean casi siempre de modo indistinto, pero distingue importantes diferencias, como el hecho de que “lo moral es una dimensión perteneciente a valores, actitudes, normas y costumbres que orientan o regulan el obrar humano”. En tanto, define a la Ética como “la ciencia o disciplina filosófica que lleva a cabo el análisis del lenguaje moral”.
Khemvirg Puente, investigador de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, considera que lo que propone López Obrador obligaría a los ciudadanos a conducirse en la forma que él cree que es la correcta: su concepto personal de moralidad. “No existe una moral, sino muchas. Al no existir un concepto homogéneo, absoluto y universal, no queda claro cuál es la moralidad de la que él habla y se entiende que es la suya”.
Además, hay quienes suponen que la creación de una Carta Magna bajo los preceptos de moralidad y no éticos, es que su propuesta se basa en conceptos de la religión cristiana.
Durante algunos de sus mensajes en campaña, López Obrador citó el Nuevo Testamento aduciendo que Jesús manifestó con sus palabras y sus obras su preferencia por los pobres y los niños. Y para muchos “Cristo es amor”.
Este planteamiento puede suponer una violación a la actual Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. El artículo 24 indica que los ciudadanos gozan de libertad de convicciones éticas y de religión y tener o adoptar, en su caso, la de su agrado.
Se entiende que los principios bajo los que se elaboran las leyes se basan en la idea de justicia y libertad, que están más cerca de lo que estudia la Ética como disciplina. Uno de los principios que garantiza la Constitución es la laicidad, lo que no quiere decir que se actúe en contra de la religión, sino que se garantiza la libertad religiosa de las personas y a respetar el credo religioso de los otros.
El diario El País ha dado puntual seguimiento a esta propuesta de López Obrador y entre sus publicaciones considera que en el mundo sí existen leyes que se rigen bajo los preceptos morales de una religión y se trata de Estados Nación que no han hecho una separación legal de una Iglesia, como el caso del país vecino Estados Unidos, que hasta en su dólar lleva la frase: “En Dios confiamos”.
En el caso del Reino Unido, la Reina Isabel II no sólo es jefa de Estado, sino gobernadora suprema de la Iglesia Anglicana de Inglaterra. La Carta Magna británica considera algunos preceptos de esta doctrina en la redacción de sus artículos.
El tal contexto, López Obrador advierte que la corrupción debe quedar atrás, así como las cínicas frases de los políticos que piensan que la moral es un “árbol que da moras”. Sin el fortalecimiento de los valores, manifiesta, su proyecto quedaría cojo. “No es leer la cartilla –aclaró–, pero tenemos que gobernar con el ejemplo, el buen juez, por su casa empieza”.
“Debemos demostrar que somos distintos a esos ambiciosos vulgares. Es un privilegio demostrar que hay una nueva forma de gobernar en el país, con honestidad y con amor al prójimo”, argumenta López Obrador.
El asesor del presidente electo José Agustín Ortiz Pinchetti informó que para elaborar la Constitución se recibirán propuestas entre el 3 de enero y el 30 de abril. Éstas, dijo, deberán ser contundentes y de no más de cuatro cuartillas.
Posteriormente, el 31 de julio, se realizará una Convención para definir los ejes de la Constitución Moral, concebida como un catálogo de carácter ético.
La elaboración, explica Ortiz Pinchetti, estará inspirada en la Cartilla Moral del escritor Alfonso Reyes, por lo que se elaborará una “cartilla electrónica” para recibir propuestas sobre el respeto a la persona, la familia, la sociedad, la especie humana y la naturaleza.
Los errores fueron míos, los aciertos de Dios, sonría, sonría y sea feliz
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