* El adiós hacia Stan Lee

Alfonso A. Catalán

Debo decir que la muerte de Stanley Martin Lieber (Stan Lee) no me sorprendió. Por lo menos no a gran escala. Sé que en vida este señor (más no El Señor) aportó grandes invenciones, pero no solo a mí, sino a generaciones de personas. Con sus ideas, llamémoslo maravillosas y sobre todo innovadoras para ese entonces (los 60’s), logró cambiar la forma en cómo se veía a los superhéroes.
Palabras más, palabras menos. No se viene a contar la historia de este hombre en estas líneas.
Cuestión que estaba esperando a una persona, pero como no llegaba (ni llegó) me puse a revisar mi Facebook. Fue entonces cuando me topé con algunos comentarios y memes de Stan Lee. No me sorprendí; siempre hay gente hablando de temas diversos. Vi un comentario/opinión de un trabajador del Diario “Vértice” que también publicaba sobre este sujeto; lo leí entre líneas y no tomé mayor importancia. No fue hasta que observé en encabezado de El Universal, que decía “Murió Stan Lee”, cuando todo cobró significado. Las publicaciones, los memes, el estar “harto y duro”, jodiendo en “el Face” sobre este hombre, lo que me hizo tomar conciencia de su partida.
Sin embargo, no fue una muerte que haya lamentado. Digo, tenía 95 años. Era más que esperada su partida. ¿Qué si dejó un legado? Claro, y uno grandioso, aunque en el mismo estatus (tal vez algo mayor) debería estar el que verdaderamente creó a los personajes al dibujarlos: Jack Kirby. Sí, de que Stan Lee fue el que se puso más “vivo” en cuanto a los negocios y por eso está y estará en el lugar en donde se encuentra, es más que evidente, y si bien el ahora occiso escribió las denominadas viñetas, fue Kirby quien, con sus trazos, nos mostró imágenes nítidas y en movimiento de “Los 4 Fantásticos”, “Thor”, “Los Vengadores” o “X-Men”, entre otros. Tan mal acabaron estos dos grandes de los comics que terminaron por pelearse y Kirby pasó unos años en el acérrimo rival DC, antes de volver a Timely Comics (antes de ser Marvel Comics).
Tal vez fue por eso por lo que no le di tanta importancia a su muerte (contrastando con los millones de personas que sí).
La partida que si me marcó, fue, sin lugar a duda, la de Christopher Frank Carandini Lee (Christopher Lee). Partió a los 93 años dejando un legado. Por décadas fue el terror de infantes y adultos al interpretar al Conde Drácula; años después, luego de un decaimiento del cine de terror, regresó a las peleas de sables de luz en “Star Wars, La Guerra de los Clones” y “Star Wars, La Venganza de los Sith” como el terrible Conde Dooku. Pero no fue con su papel como Saruman El Blanco, en “El Señor de los Anillos”, cuando alcanzó, de nuevo, la cúspide de su carrera. Sin embargo ya partió. Es bastante probable que haya sido lo que dejó, sus películas icónicas, la potencialidad de su voz y como actor, la que me marcaron más a la hora que supe que había muerto hace ya tres años, un 7 de junio de 2015.
Empero no debe malentenderse esto. La pérdida de cada persona tiene repercusiones para quien la conoce, y cada quien trata de dejar una aportación. Y es que Stan Lee, por más errores, desatinos y todo lo que le quieran agregar, siempre será recordado por la invención de personajes tan humanos con la que todos nos podíamos identificar; todo lo contrario a un Batman o un Superman, de los cuales—lo sabemos de sobra—, nunca podríamos hacerlo (a menos que tengamos millones, o seamos capaces de lanzar rayos de los ojos y ser sensibles a la Kriptonita).
Stan Lee dejó un precedente en la historia. No fue un historiador, un escritor, un científico…pero dejó algo más palpable en esta vida: nos llevó a conocer seres grandiosos con los cuales identificarnos para ser mejores como personas. De ahí debemos partir.
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