Astudillo visita a Peña Nieto, para agradecer la ayuda que siempre prestó a Guerrero.— Se desarrolla marcha contra la cancelación del aeropuerto de Texcoco

Enrique Vargas

El agradecimiento es una elevada cualidad humana, que enaltece a quien la practica y hace justicia a quien la recibe.
El pasado jueves, el gobernador Héctor Astudillo Flores acudió a visitar al presidente Enrique Peña Nieto, a casi tres semanas de que entregue el cargo a su sucesor Andrés Manuel López Obrador, y en este caso el motivo de ese encuentro ya no fue como en varias ocasiones anteriores, cuando se acudía al primer mandatario nacional en busca de apoyo, para obtener recursos extra que permitieran solucionar los problemas y necesidades, cuando los fenómenos naturales, tan frecuentes en Guerrero, dejaban daños y destrucción y hasta pérdida de vidas.
Y siempre se lograba que EPN respondiera con generosidad ante el planteamiento de ingentes necesidades, como cuando el huracán Ingrid y la tormenta Manuel dejaron graves daños, especialmente en Chilpancingo, cuando la furiosa corriente que bajó por el río Huacapa causó daños considerables en las viviendas humildes de la gente que se había asentado en sus orillas, pero también construcciones mayores y en muchas vialidades a las que socavó desde los cimientos y las destruyó.
Otras ocasiones fueron cuando el sismo del 19 de septiembre del año pasado dejó daños graves en la unidad habitacional de Taxco, que prácticamente fue destruida y que ahora está en reconstrucción.
Como esos, muchos otros casos en los que los escasos recursos del estado eran insuficientes para atender el tamaño de las afectaciones que dejó sin vivienda o sin producción a miles de guerrerenses.
Está claramente documentado que el presidente Enrique Peña Nieto fue siempre muy solidario y aportó muchos recursos al estado para superar problemas y carencias, y para impulsar programas productivos.
Por su actitud generosa y solidaria, el presidente Enrique Peña Nieto recibió las muestras de agradecimiento del gobernador Héctor Astudillo, quien acudió con la representación de todos los guerrerenses, muchos de los cuales recibieron directamente el beneficio de la solidaridad presidencial.
Otro que es testigo directo de la muy positiva actitud de EPN es Mario Moreno Arcos, alcalde capitalino cuando el torrente en el Huacapa dejó daños tan graves en la capital del estado, los que el presidente Peña Nieto vino a constatar directamente, a unos días de que el meteoro climático se ensañó contra la ciudad provocando daños de enorme magnitud, aunque afortunadamente, por las medidas de prevención que tomó entonces, no se dieron mayores desgracias humanas.
SE DESARROLLA MARCHA CONTRA LA CANCELACIÓN DEL AEROPUERTO DE TEXCOCO.— Cancelar la construcción del aeropuerto de Texcoco puede ser una de las peores acciones de un gobierno que apenas va a iniciar su gestión sexenal, porque se trata de la obra de infraestructura más importante, que el país requiere para modernizar y colocarse con otras naciones a la vanguardia en materia de comunicación aérea.
Más grave resulta esa decisión, porque se trata de reemplazarla con el peor de los proyectos, que resulta absurdo, carísimo y peligroso para los millones de pasajeros que cada año necesita utilizar ese servicio de transportación moderno.
El Nuevo Aeropuerto Internacional de México es un proyecto de alta ingeniería, semejante al que existe en las naciones más avanzadas, con un costo que parece elevado, pero que permitiría tener las instalaciones más modernas, en el mejor lugar posible.
Todo eso es desechado por la improvisación y la actitud de soberbia e ignorancia del nuevo gobierno, que encabezará Andrés Manuel López Obrador (AMLO), que pretende sustituirlo con la propuesta más equivocada y perjudicial para el servicio que se trata de prestar y para la seguridad de los viajeros.
Proponer que la existencia de tres aeropuertos que funcionarían al mismo tiempo, como el actual aeropuerto, el de Santa Lucía y el de Toluca, revela el desconocimiento más amplio y absurdo, porque complica esas operaciones, implica riesgos por la cercanía de los aeródromos y las operaciones de despegue y aterrizaje que se tienen que hacer.
Cumplir con esa mala decisión afecta la imagen de México en el mundo, porque los expertos internacionales no entienden cómo es posible tomar una decisión tan equivocada, por un gobierno que apenas va a iniciar sus funciones, porque lo muestra inseguro, inexperto, capaz de tomar decisión que muestran altos niveles de inseguridad y de rechazo al sentido común y al hecho de que deberían predominar las decisiones tomadas con ayuda de la ciencia y no en base una supuesta consulta popular, hecha con los peores métodos posibles.
Claro que hay una parte importante de la población mexicana, la que no está fanatizada con la figura populista y demagógica de AMLO y que son los que ayer, en la Ciudad de México salieron a manifestarse contra la cancelación del mejor proyecto del aeropuerto que se construye en el vaso del ex lago de Texcoco.
Fueron múltiples organizaciones ciudadanas las que promovieron el rechazo a esa absurda y tan equivocada decisión de cancelar el mejor proyecto que se desarrolla en torno a ese tema.
Sin embargo, la cerrazón, la intolerancia y hasta el fanatismo que son las causas que respaldan la cancelación de la obra, pueden terminar con imponer la peor de las propuestas posibles, como se ha demostrado por expertos y por quienes prestan ese servicio, como pilotos y demás profesionales que tendrán que operar en una de las dos acciones opuestas que se mueven ante la opinión pública.
Realmente resulta lamentable que el nuevo gobierno de la República tome acciones tan sesgadas, fuera de la realidad y del sentido común, que habrá de causar un daño grave a la industria aeroportuaria de la nación, porque ya hay líneas aéreas, de las más grandes en el mundo, que han anunciado que cancelarán algunos vuelos a México si se mantiene la decisión de hacer operar tres aeropuertos de baja calidad en México, en lugar de la adelantada terminar aéreas que está en proceso en Texcoco.
Esa terrible decisión de AMLO pesará durante los próximos 30 o 40 años, porque los aeropuertos que se mantendrán en funcionamiento serán insuficientes y operarán con elevados márgenes de inseguridad, de modo que las pérdidas, hasta de vidas humanas, serán directamente responsabilidad de AMLO, El Peje.
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