Alejandro Mendoza
Comienza una nueva etapa como ocurre cada tres años con el cambio de gobierno municipal. En los 81 municipios de Guerrero se genera una expectativa para que los presidentes municipales, ahora sí, hagan las cosas mejor y correctamente, aunque quizá habrá lugares en donde de plano la mayoría de la gente ya no confía en la autoridad municipal porque conoce a la persona.
En mil 596 municipios de 24 estados del país, entre ellos Guerrero, comienza el gobierno municipal de quienes resultaron electos en la elección del pasado 1 de julio y el reto de cumplir lo que prometieron en campaña.
Como resultado de su investigación ‘Los retos de los gobiernos municipales en el siglo XXI’, la académica Patricia Flores Anguiano resalta que hoy los gobiernos municipales enfrentan agudos problemas y retos cada vez más profundos. Los principales problemas a los que se enfrentan son: el escaso desempeño municipal, el corto periodo de gobierno, escaso presupuesto, reparto del botín político, la pobreza, rezago tecnológico y ausencia de reglamentos y su aplicación.
De igual forma, hay serios retos en la manera tradicional de gobernar, caciquismos, la atracción de inversión, la distribución inequitativa del ingreso, la inseguridad, el endeudamiento, la falta de transparencia, la falta de rendición de cuentas, planeación a corto plazo, el déficit presupuestal, deficientes servicios públicos, alta migración, corrupción, marginación de sus comunidades, desnutrición infantil, embargos, integrantes del cabildo sin experiencia en la administración, con bajos niveles educativos y, en muchos casos, reparto de cuotas de los partidos políticos, la alta dependencia económica con la federación, entre otros.
La gestión pública municipal constituye uno de los eslabones fundamentales de la relación entre el gobierno y los ciudadanos. Son los gobiernos locales los que tienen más cercanía con los ciudadanos y proporcionan los servicios públicos básicos que permiten convivir en un espacio público en armonía.
Las ciudades en sus diferentes tamaños han evolucionado a la par del proceso de modernización, sin embargo, mantienen sus características geográficas, socioeconómicas y culturales que les dieron origen. Ello ocasiona que la acción de gobierno se transforme de manera dinámica y se profesionalice para ofrecer mejores servicios y optimizar recursos por medio de procesos de planeación instrumental.
Es cierto que a diario la gente, los ciudadanos, en todos los niveles, hablan del gobierno, opinan y se preocupan sobre el rumbo que tienen sus comunidades y las realidades que inciden en la vida cotidiana. El gobierno está presente en todo, no hay actividad humana que no tenga relación.
Desde lo más complejo hasta lo más simple: el futuro del municipio, la economía, el agua, la seguridad, la basura, el agua, los mercados, el empleo, la vivienda, hasta los fenómenos meteorológicos, las marchas y plantones, o hasta los sucesos deportivos, como el futbol. Todos en su conjunto están relacionados con el rumbo y decisiones que toma el gobierno.
Los gobernantes viven asfixiados entre la complejidad política y la emergencia cotidiana, muchas veces incapaces de tomar decisiones de largo plazo. Esta falta de perspectiva y la frecuente impotencia de los gobiernos para resolver los problemas presentes, hacen de ellos entes inactivos, intrascendentes, con rumbo equivocado o alejados de la realidad que se vive y muchas veces no tienen tiempo para pensar en procesos de planeación estratégica o en la claridad del rumbo de su gobierno.
Es relevante plantear los retos a los que se enfrentan los gobiernos municipales dentro de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible que firmó México con otros 192 países en septiembre de 2015, con el fin de consolidar mejores condiciones de vida para todas las personas.
El Instituto Nacional para el Federalismo y Desarrollo Municipal del gobierno federal expone que el desarrollo sostenible ha sido definido como el progreso capaz de satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades. Y en este contexto la Agenda de Desarrollo 2030 establece 17 objetivos que cuentan con 169 metas y 230 indicadores.
Entre los objetivos destacan: poner fin a la pobreza, erradicar el hambre, reducir la desigualdad, consolidar ciudades y asentamientos humanos inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles; promover instituciones eficaces, responsables e inclusivas, entre otros.
Actualmente, la participación de los gobiernos locales en el escenario mundial representa un fenómeno evidente, creciente y continuo. Su protagonismo en la agenda internacional se ha diversificado, por lo que algunos de estos temas sin duda se encuentran bajo la jurisdicción y competencia exclusiva o por concurrencia de los gobiernos municipales.
En respuesta, el Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal (INAFED) ha puesto en marcha el Modelo de Asistencia Técnica para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en Gobiernos Locales. Este mecanismo busca incidir en un conjunto de instrumentos de mejora de la gestión pública de los gobiernos municipales alineados a la Agenda 2030, buscando en todo momento la participación y colaboración de los actores de la agenda nacional e internacional.
El fortalecimiento de las capacidades institucionales en los municipios logrará que las acciones que se realicen desde lo local sean acciones que definan lo global.
Se debe aprovechar la coyuntura política, el momento histórico, para enfrentar los retos y problemas de manera eficiente y efectiva. Claro que es necesario trabajar en una reforma municipal integral, pero el primer paso es que el gobierno municipal deje de ser sólo administrador, regulador y recaudador, para convertirse en un verdadero gobierno, el primer orden de la administración pública y el primer poder del sistema político mexicano. Se espera que los nuevos presidentes municipales de Guerrero entiendan su rol constitucional y estén a la altura del reclamo social, alejados de la corrupción y de cualquier otro interés meramente político.
Los errores fueron míos, los aciertos de Dios, sonría, sonría y sea feliz
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