* Dëja-Vú de AMLO: ya lo vivimos en 2005
* “Perdónanos Astudillo”, la manta histórica
* Crear desempleo, fue el peor error de Z

Jorge VALDEZ REYCEN

Guerrero en febrero del 2005 vivió una elección histórica, muy similar a lo visto el 1 de julio pasado.
Mientras el nuevo gobierno de Zeferino comenzaba en ese tiempo a aplicar recortes al gasto público, adelgazamiento de nóminas, desempleo y una serie de medidas “apantalladoras” del cambio democrático y cosas veredes, Mío Cid… lo cierto es que en septiembre de ese mismo año, apenas cinco meses después, trabajadores y burócratas despedidos colgaron una manta en el recinto histórico del templo de Santa María de la Asunción, el 13 de ese mes, con dos palabras: “Perdónanos Astudillo”.
Era el arrepentimiento de haber votado por Zeferino y el desencanto de un sector de la sociedad con el cambio de régimen. La borrachera democrática ya había hecho cruda moral. El gobierno ya no compraba nada en Guerrero, todo en Morelos, Jalisco o el Distrito Federal. La economía sufrió estragos y el mercado interno colapsó, como lo consignaron comerciantes y empresarios organizados en su momento.
Fue el origen, además, de los multimillonarios laudos laborales que ganaron los despedidos por ley, pero que el irresponsable gobierno generó por su política errónea, miope y sectaria de “limpiar” lo que legalmente había. Muchos de esos problemas heredados, hoy han colocado a Guerrero en una crisis financiera inédita, histórica y que se pudo evitar.
Con Zeferino hubo altísimas expectativas de cambio, que se diluyeron en el tiempo: dejó un quebranto en la Secretaría de Educación de más de 10 mil millones de pesos. Permitió el uso del helicóptero-ambulancia de la SSA en la pretensión personal de un atleta de imponer un Récord Guinnes esquiando en una laguna jalado por la aeronave oficial.
Este es el deja vu que hoy a nivel nacional se experimenta con AMLO. Es asombrosa la similitud de algunas propuestas que generaron simpatía y altísimas expectativas con Zeferino y ahora se magnifican con el tabasqueño.
Todavía hay miles de maestros que fueron reprimidos por Z que no olvidan su trato. También animadversiones que se generaron por un mal concebido concepto del agradecimiento, que el aludido rechazó porque era “complicidad”. El violento diferendo con un sector de la prensa que sufrió represión y la cerrazón a la crítica y libre ejercicio periodístico. El gobernante prefirió contratar una empresa en Jalisco que le manejara imagen y difusión por una suma de entre 7 y 8 millones de pesos mensuales, aludiendo un “ahorro” de muchos más millones de pesos.
Ahorrar 100 millones de pesos en todas las dependencias fue un plan para repartirlo entre su equipo de colaboradores casi al final de su sexenio. Sus más cercanos fueron acusados de corrupción.
Hoy AMLO anuncia que hará 50 acciones anticorrupción y austeridad, siguiendo con una estrategia engañosa de prometer y anunciar y adelantar… Que lo hará el 1 de diciembre próximo, cuando sea presidente. ¡Qué bueno! Pero esa película ya la vi en Guerrero con un político que dejó un mal sabor de boca como gobernante y sumió al estado en muchos de los problemas que hoy lo hacen, una entidad conflictiva y con graves problemas de ingobernabilidad.
¿Se imagina lector si Z hubiera tomado la palabra a AMLO y aceptar su declinación a favor de Adela Román, en dónde estaría hoy posicionado el exgobernador Torreblanca?
Craso error… Y la confirmación de que es un mal político, con más hígado y menos cerebro.
Nos leemos… SIN MEDIAS TINTAS.