* La gran mayoría de las viviendas de ese lugar, que fue el centro de operaciones de ‘Los Tequileros’, siguen abandonadas por sus moradores y por eso no se instalarán casillas de votación el 1 de julio

CARLOS NAVARRETE

SAN MIGUEL TOTOLAPAN.— La Gavia sigue vacía. Las familias que huyeron de la violencia en mayo del año pasado no han regresado, y por ello el Instituto Nacional Electoral (INE) decidió no instalar ahí casillas para votar. Esta historia se repite en otras cuatro comunidades de Guerrero, donde el próximo 1 de julio no habrá elecciones.
Se trata de San Pedro Pezuapa, perteneciente también a San Miguel Totolapan; San Felipe del Ocote, en Apaxtla de Castrejón; Tlanipatlán, en Teloloapan; y Polixtepec, en Leonardo Bravo.
De acuerdo con la Ley Electoral, para que en una comunidad se instale una casilla deben vivir ahí más de cien ciudadanos con credencial de elector vigente. En estos cinco casos ese requisito no se cumple.
Decenas de familias huyeron del sometimiento en que las tenían los grupos criminales; muchas de ellas se han resguardado en las cabeceras municipales, otras más prefirieron escapar a otra región. La alternativa del INE es que, quienes radicaban en esos pueblos, podrán acudir a comunidades vecinas, ya seleccionadas, para emitir su sufragio.
El padrón electoral establece que este año debían votar 135 ciudadanos en la casilla que no se instalará en La Gavia, 131 en la de San Pedro Pezuapa, 281 en de San Felipe del Ocote, 144 en la de Tlanipatlán y 206 en la de Polixtepec.

La cuna de ‘Los Tequileros’

En La Gavia no queda nadie. La mayoría de las viviendas de las 375 personas registradas en el último censo del INEGI están vacías. Todos huyeron en mayo de 2017 de ‘Los Tequileros’, grupo criminal encabezado por Raybel Jacobo de Almonte.
Esta organización logró proyección nacional en enero de 2016 tras cometer secuestros masivos en San Miguel Totolapan. Aunque sus actividades también incluían extorsiones a negocios, trasiego de drogas y asesinatos. En diciembre de ese mismo año, el hartazgo social se hizo sentir. Con el respaldo del presidente municipal, Juan Mendoza Acosta, cientos de habitantes se armaron para hacerle frente a los sicarios que los tenían sometidos.
La revuelta rindió frutos, y la autodefensa logró expulsar a ‘Los Tequileros’ de la cabecera y algunas comunidades, pero no así de La Gavia, donde el 9 de mayo de 2017, un enfrentamiento de seis horas entre esa organización criminal y un grupo antagónico, obligó a más de 30 familias a abandonar el pueblo.
La Gavia siguió siendo controlada por ‘Los Tequileros’ hasta la madrugada del 20 de junio, cuando un convoy de la Agencia de Investigación Criminal de la Procuraduría General de la República (PGR) ingresó al pueblo para intentar detener a Jacobo de Almonte, hecho en el que perdieron la vida cuatro agentes federales y un sicario.
Desde entonces el lugar quedó en completo abandono. Ante esta situación, el INE autorizó que los 135 electores de esa comunidad voten en San Antonio, una localidad que se encuentra entre La Gavia y la cabecera.
Pese a que nadie vive ahí, algunos desplazados visitan ocasionalmente sus hogares. Tal es el caso de Pedro, quien cada tercer día viaja a La Gavia para limpiar su vivienda y cuidar sus tierras de cultivo. Afirma que existe la esperanza de que en algunos meses él y su familia regresen.
-¿De qué depende? ¿Qué debe suceder para que usted regrese?
-Que haya más seguridad, que las personas que nos atacaban, que nos hacían mal, definitivamente murieran o las agarraran. Que el gobierno haga algo por detenerlas, agarrarlas, estar seguros de que ya no estén libres.
Explica que los sicarios al servicio de Jacobo de Almonte exigían a los habitantes de La Gavia que los alimentaran y, cuando ocurriera algún enfrentamiento con organizaciones antagónicas o con miembros del Ejército, se sumaran.
A más de un año desde que abandonó su hogar, dice que la situación ha mejorado. La presencia de ‘Los Tequileros’ en la región es casi nula y los índices delictivos se redujeron considerablemente. De acuerdo al gobierno municipal, desde diciembre de 2016 no ha ocurrido un solo homicidio en San Miguel Totolapan, tampoco se han registrado secuestros y los casos de extorsión desaparecieron.

Su expulsión del municipio

Juan Mendoza gobernaba San Miguel Totolapan cuando los habitantes de ese municipio se levantaron en armas. Su administración respaldó el movimiento y eso le valió que, en el actual proceso electoral, la población le pidiera reelegirse.
El alcalde con licencia y candidato de la coalición ‘Por Guerrero al Frente’ sostuvo durante su gobierno un combate frontal con ‘Los Tequileros’, quienes se afianzaron en el municipio durante la administración del priista Saúl Beltrán Orozco (2012-2015), diputado local con licencia y compadre de Jacobo de Almonte.
Esta decisión le mereció amenazas constantes del grupo delictivo, e incluso afirma que en tres ocasiones fue “levantado” por negarse a ceder a sus presiones. Para tratar de doblegar a su gobierno, ‘Los Tequileros’, por órdenes de Saúl Beltrán, secuestraron a dos contadores del Ayuntamiento, al director de Reglamentos y al de Catastro, y a un colaborador de la Dirección de Obras; además asesinaron al regidor Roberto García y a un agente de tránsito.
En el actual proceso electoral las amenazas no se han hecho esperar. Juan Mendoza asegura que ‘Los Tequileros’ le han exigido que renuncie a la contienda o de lo contrario lo matarán, razón por la que hoy cuenta con medidas cautelares.
Tras el movimiento armado de diciembre de 2016, San Miguel Totolapan intenta regresar a la normalidad. Decenas de negocios que cerraron por ser víctimas de extorsiones volvieron a abrir sus puertas, y familias que habían huido del municipio, regresaron.