Isidro Bautista

 

Todo lo que se haga para rescatar y preservar los más altos valores que le dan identidad a una sociedad, preservar la unidad y la concordia social, y fortalecer las expectativas y esperanzas de un pueblo de que es posible hallar el camino hacia un mejor destino, es digno de reconocerse.

Un gobierno, aparte de las obras y los servicios públicos básicos que reclaman sus gobernados, debe ocuparse también de brindarles seguridad, un armonioso y seguro clima de convivencia social, y de fundado optimismo de que, frente a las adversidades sin fin, es posible que el futuro sea mejor.

Algún gobernador de nuestro estado decía que ésa es la obra política, la que no se ve como la pavimentación de una calle, un edificio escolar, un parque recreativo o un mercado, pero es tan importante como la obra física.

Es entonces que se ponen en juego las habilidades políticas y las artes del buen gobierno. Y también se despliegan ideas y creatividad.

¿Cómo hacer que una sociedad se una en torno a una acción, o a una idea? ¿Cómo concitar la atención y el respaldo del pueblo hacia algo que no se ve ni se puede asir con las manos?

Vuelvo a lo que escribí al principio: rescatar y preservar los más altos valores de una sociedad, preservar la unidad y la concordia social, y fortalecer las expectativas y esperanzas de cada persona de que es posible que sucedan cosas mejores en los días por venir.

Creo que ese es el gran mérito de ‘Orgullo Guerrero’, programa nuevo del gobierno que encabeza Héctor Astudillo Flores.

¿La gente sabe, por ejemplo, que en Europa es reconocido –quizá más que en México— el talento y la creatividad artística de pintores costachiquenses como Julia López, conocida como la Musa de Ébano, y Casiano García, que pinta bellos cuadros de campos de flores?

¿O que una acapulqueña como Susana Palazuelos es considerada como una de las mejores chefs del mundo, lo mismo que su hijo, también oriundo de Acapulco?

¿O que Orbelín Pineda, un destacado jugador que forma parte de la selección nacional de futbol es oriundo de la Tierra Caliente de Guerrero, como lo es también el exseleccionado nacional Manuel Negrete, y el brody acapulqueño Jorge Campos, entre decenas más de talentos deportivos que han puesto y lo siguen haciendo en alto el nombre de Guerrero?

¿O que Cristóbal García, llamado El Chico de las partículas, que a sus 21 años es el joven científico más premiado de este país, y es orgullosamente guerrerense, de San Miguel Totolapan, localidad que se conoce más por las actividad delictiva de una banda de delincuentes que por las hazañas de este genio de la ciencia?

Y podríamos seguir enumerando ejemplos tras ejemplos de hombres y mujeres que con sus genialidades y sus brillantísimas aportaciones artísticas, científicas, académicas y casi todas las áreas del conocimiento humano nos hacen sentir el orgullo de ser guerrerenses.

De eso se trata: decirle a todos que en Guerrero hay enormes talentos; que en estas tierras, no todo son crímenes y violencia, sino también extraordinarios aportes de sus hijos a un mejor desarrollo humano o aportes al país.

A lo largo de la historia podemos hallar esas contribuciones.

Lo que hoy debemos hacer es exaltar las proezas de quienes nos provocan que en nuestra mente y nuestro corazón el Orgullo de ser de Guerrero se mantenga vivo.

Eso nos debe fortalecer como sociedad, nos debe unir para enfrentar las adversidades y nos debe acicatear para alcanzar ese mejor futuro que soñamos y anhelamos.

Bien por Héctor Astudillo, por impulsar ‘Orgullo Guerrero’. Y faltan más.

isidro_bautista@hotmail. com