* El “affaire” legislativo de Ociel y Vicario

* Se lanzaron epítetos y hasta retos a golpes

* “Marrano tú”, le espetó Vicario a Ociel

 

Jorge VALDEZ REYCEN

 

El dos veces recipiendario del Premio Maya y Tlatoani en 2014 como mejor gobernante y presidente municipal de Cruz Grande, abogado y diputado electo por mayoría relativa del PRD, Ociel Hugar García Trujillo recriminó y encaró a su homólogo Héctor Vicario Castrejón, de la alianza PRI-Partido Verde de México, de “meter las pezuñas” en todos los asuntos y deploró “la falta de capacidad parlamentaria”.

En el marco de la comparecencia ante el Congreso local del titular de CAPAMA, Javier Chona Gutiérrez, quien desde el 12 de marzo del 2015 ostenta ese cargo, los diputados Ociel y Vicario sostuvieron un ríspido desencuentro. Todo comenzó con un reclamo de Ociel a los diputados “que piden hacer uso de la palabra cuando no deben de hacerlo y están, de verdad, jodidos”.

El uso soez del lenguaje fue recriminado por Vicario a Ociel, y éste, desde el micrófono, le dijo a Héctor que “no estaba en la sesión el diputado y apenas llega y ya viene sacando las pezuñas”…

–No. No. No. No soy marrano –le espetó Vicario. “Marrano eres tú. Fíjate como hablas”. Y de un manotazo en el escritorio se puso de pie. Flor Añorve Ocampo lo jaló del brazo izquierdo desde su curul y esbozó una sonrisa nerviosa.

–Tranquilo –atinó a responder Ociel, haciendo a un lado el micrófono de ganso.

Nadie hacía caso al presidente de la Comisión que los llamaba a gritos a la cordura. Vicario le exigía respeto a su investidura. Dos personas se pusieron atrás de Ociel Hugar, mientras todo era tensión en el salón José Francisco Ruiz Massieu.

Vicario con la mano derecha le exigía que se retractara. Ociel guardó silencio y asintió con la cabeza.

Esto no deslució las cifras negras y alarmantes del déficit en la CAPAMA a la que ha llevado Chona Gutiérrez en dos años de gestión salpicada de escándalos, deudas, súpersueldos, corrupción y grave desabasto del líquido en todo Acapulco. Las carcajadas de Chona todavía se siguen escuchando desde sus oficinas en el viejo edificio de lo que fue el Ayuntamiento en los años 50’s.

Quizá las cosas no pasaron a los golpes por mesura de una parte, mientras que la provocación estaba en aquella atmósfera inquietante, donde se olfateaban tufos de corrupción mal disimulada o a medias escondida.

CAPAMA ha sido la “caja chica” de tantas pillerías solapadas y toleradas por todos. Nadie ha corregido de fondo los manejos fraudulentos de recursos públicos desviados.

La historia de ese organismo público paraestatal que ha tenido varios nombres: CAPOUISMA y CAPAMA es de una absoluta colusión de intereses que han soslayado la Auditoría General del Estado y las Contralorías municipal y estatal. Todos se han salpicado de ese estercolero por omisión o por complicidad.

El nuevo Sistema Nacional Anticorrupción tiene la encomienda de acabar de golpe con estas infamias que se han cometido con absoluta impunidad. Es vergonzoso lo que realmente se esconde en esos pantanos y que nadie tiene la intención de limpiar y erradicar la corrupción.

Fortunas personales se han amasado con los fondos provenientes de ese organismo noble que ha sido un botín de políticos. Y las historias son negras y muy variaditas.

Lo que haya dicho Chona, es como el corrido de Los Tucanes de Tijuana, en su pegajosa tonada: “Y la Chona se mueve al ritmo que le toquen/no hay mejor que la Chona/para la quebradita… Bravo bravo Chona, nadie te puede igualar”…

Y báilele… la quebradita a todos.

Nos leemos… SIN MEDIAS TINTAS.