Un triste cumpleaños

 

Felipe Victoria

 

Todo han sido halagos a los “históricos buenos resultados” de la tradicional temporada turística en Acapulco. Pero aburren las mismas frases anualmente repetidas, cuestión de infortunada falta de léxico.

Exagerar el éxito de la temporada, hasta da la impresión de precampaña a favor de Ernesto Rodríguez Escalona, a pesar de dos sucesivas derrotas electorales ante personajes que compitieron arropados por el PRD.

Por algo se dice que “a la tercera es la vencida” y entonces las cosas indican que Fermín Alvarado Arroyo que iría por su segunda intentona, tendrá que resignarse. Igual pudiera suceder con Julieta Fernández Márquez, que sería su primera vez candidateada a la presidencia municipal porteña.

De todos modos para ella y él, con tan solo figurar entre los posibles candidateables les valdrá para asegurar buena chamba a futuro. ¿Acaso le estoy echando porras a Ernesto Rodríguez Escalona?

Fíjense que no; solamente es cuestión deductiva del análisis de lo ocurrido en las últimas dos décadas.

¿Quién pudiera ser un contendiente interno en el PRI, fuerte para Rodríguez Escalona? Creo que Robespierre Robles Hurtado, que decidió tomarse un descanso terapéutico renunciando a la Presidencia del Tribunal Superior de Justicia, solicitando licencia al cargo de magistrado por tres meses, en que estará listo para reincorporarse o para contender internamente en el proceso de selección de candidato en el partido que pondrá toda la carne en el asador para recuperar Acapulco, tras de tres periodos en que el PRD les ganó el feudo tropical con Zeferino Torreblanca Galindo, Alberto López Rosas y Félix Salgado Macedonio.

Después en 2012 el MC le ganó al PRI y de nuevo el amarillo de izquierda con Evodio Velázquez Aguirre en 2015, ahora con el handicap de una eventual reelección.

Dura y pelona se pone la cosa para el 2018 por Acapulco; el ex alcalde Torreblanca y Gloria Sierra suenan como candidateables por el PAN; el joven empresario Joaquín “Jacko” Badillo Escamilla en calidad de independiente y extrañamente de parte del MORENA aún mencionan a nadie, mucho menos de los rémoras del PT ni del Verde Ecologista.

Pero en fin, así de apasionante y divertida es la grilla en este enorme Aldeapulco tan importante y codiciado de Guerrero.

En fin que una vez más el turismo por inercia llenó en la Semana Santa y la de Pascua el mágico Acapulco del Guerrero Bronco que se niega a modificar su idiosincrasia aguerrida e ingobernable, poco afecta al orden y la paz, donde la muerte se divierte haciendo travesuras cada que se le ocurre, y entonces para quienes vienen de vacaciones resulta un emocionante atractivo extra la adrenalina gratis.

Deben traer siempre listo el telefonito celular y las camaritas porque en cualquier momento pueden darse situaciones que vale la pena registrar y no perdérselas, subiendo lo captado a las redes cuanto antes, sin más afán que no quede oculto nada de lo que suceda.

Lástima que lo bueno no llama tanto la atención como lo desagradable, que da oportunidad de estarle enchinchando la borrega a las autoridades, lo que quiere decir que nuestro balance ciudadano anda mal, porque son más las cosas buenas que sí hay contra que las malas y ocasionales.

Por el libertinaje en redes cayó en el olvido aquel principio ético de Belisario Domínguez, que predicó el reconocer los aciertos de las autoridades aunque primero se deba sostener la verdad con firmeza entera, sin pseudónimos ni anónimos, nada de tirar piedras escondiendo la mano.

Quienes ostentan el poder efímero en la administración pública, no necesitan de tantos aduladores zalameros que les endulcen los oídos, sino de quienes señalen errores proponiendo soluciones viables y concretas; pero el problema es que sus séquitos perversos tergiversan las cosas, impidiendo que alcaldes y gobernadores escuchen aquello de lo que debieran enterarse que sucede en el mundo real al ras del suelo.

Bajo la sombra de altos funcionarios operan deshonestos ladroncillos voraces a insaciables, que a final de cuentas embroncan a sus jefazos cuando los responsabilizan y así es como truncan trayectorias de personajes entusiastas.

Me duele recordar a personajes como Don Ángel Heladio Aguirre Rivero, que por cierto este viernes 21 de abril cumplió 61 años, sumido en el autoexilio porque la desgracia se le vino encima desde septiembre de 2014 y peor en enero pasado con el lamentable fallecimiento de su primogénito.

El exgobernador dos veces, fue una especie de “ángel bueno”, pero sus achichincles de angora lo trasformaron en un arcángel ufano, arrogante y lejano de la gente, inaccesible sobre todo para los viejos amigos.

Pero nadie escarmienta en cabeza ajena y nuestra clase política anda de mal en peor, enfermándose del mal de Hybris, que es perder la mesura y la compostura, llegando hasta la locura.

Pronto se empalagan con el poder y creen que todo lo que hacen es grandioso, sin darse cuenta que caen en los mismos errores que a otros los hicieron tropezar y caer, pasando de semidioses efímeros a villanos cargando estigmas por el resto de sus vidas, como son Aguas Blancas y el ayotzinapazo de Iguala.

Por su parte, Héctor Antonio Astudillo Flores no está en ningún lecho de rosas y bien se deduce que está acosado desde muchos flancos, alborotándole la ingobernabilidad con tácticas de narcoterrorismo y asesinatos. ¡Ufff!, vaya zancadillas peligrosas.