* El asedio de Trump

* Héctor Astudillo: puerta a la esperanza

 

Isaías Alanís

 

Durante su campaña y a unos días de ser presidente de EEUU. Donald Trump ha intentado poner de rodillas a México.

Amenaza con la construcción del muro en la frontera, pagado por los mexicanos. Deportar de 2 a 3 millones de  indocumentados.

Cobrar impuesto a las remesas de inmigrantes que las envían a México. Amenaza a empresas para que no inviertan en nuestro país obligar a pagar un impuesto a Toyota, General Motors, BMW y otras armadoras de autos cuyo mercado son los Estados Unidos. Estas agresiones han ocasionado devaluación de la moneda, suspensión de inversiones y un resquemor social contra Trump.

Las amenazas descaradas contra México, han recibido respuestas inconexas del gobierno mexicano. Si a esta falta de congruencia nacional, se le agrega la crispación y revuelta social por el gasolinazo, movimiento aislado y sin dirección unitaria, que puede llegar a crecer en el corazón de la pradera peñista incendiada en su propia casa.

En la burbuja presidencial, las rivalidades por la candidatura para el 2018, le ha salido cara al inquilino de los Pinos. Para nadie es extraño los golpes entre Osorio y Videgaray que está de regreso, y cómo el presidente se hace el desentendido, lo engañan o no sabe qué hacer. Disimula que en su gabinete las cosas están de mal en peor y esas broncas arrastran a su gobierno y a los mexicanos.

Estos tres ejes; hostilidad de Trump, crispación social por el gasolinazo, corrupción,  y la revuelta dentro de su gabinete, son elementos contra el propio presidente.

Se ha discutido y analizado por expertos el por qué Peña ha pasado por alto oportunidades para enderezar el barco. Y ha hecho caso omiso de advertencias dentro del propio gobierno, de intelectuales, analistas políticos, editorialistas locales y extranjeros.

Donald Trump, “sin firmarlo” ha demostrado y ha cumplido, su política exterior contra México. No viene a negociar, viene con el hacha de guerra desenvainada.

Al presidente Peña solo le queda fajarse los pantalones, canalizar una nueva relación bilateral con EEUU y apagar la quemazón social por el gasolinazo.

¿Sería capaz de abanderar una cruzada nacionalista contra Trump y mover a México?
Peña no la tiene fácil, si no agarra al toro por los cuernos, se le puede reventar el país a dos años de que termine su mandato. ¿Logrará enderezar la nave?

 

HÉCTOR ASTUDILLO: SIGNA LEY

 

En los setentas la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural de la UNESCO se ocupa de “identificar y de proteger el patrimonio cultural y natural del mundo para preservarlo a favor de las generaciones venideras”. Y en el 2003, creó una convención especial que protege “el patrimonio cultural tangible e intangible”.

En esta línea, el ejecutivo HAF, tomó protesta a la Comisión de Conservación del Patrimonio Cultural. Cuyos objetivos son; “regular la protección, defensa, investigación, conservación y/o recuperación de los bienes que integran el patrimonio cultural y natural del estado…”.

Astudillo recalcó: “la cultura debe ser importante, y las adversidades económicas no pueden hacer que nos detengamos; tenemos que hacer más cosas con menos dinero y con más imaginación, pero no tenemos que dejar de hacerlas”. Y remarcó: “tenemos que fortalecer la Secretaría de Cultura con elementos, que no sea una secretaría para el gusto o el placer de alguien, debe servir para construir nuestra ruta cultural y destacar a través de esa institución lo importante que tenemos en Guerrero como patrimonio cultural”, (El sur). Ese mensaje tiene destinatarios conocidos.

El Secretario de Cultura, Mauricio Leyva explicó: “esta comisión es el primer paso para desarrollar la Ley de Patrimonio tangible e intangible guerrerense del Siglo XX, en la cual, los gobiernos municipales tienen la posibilidad de dar su propuesta de este patrimonio, en un trabajo técnico que han iniciado las asociaciones de arquitectos para detectar, catalogar y preservar los patrimonios culturales del estado”.

Hay que generar la investigación para hacer un catálogo de la riqueza cultural y natural del estado. Si no, sería imposible hacerlo a ciegas o con inexpertos.

Lo interesante será saber si el patrimonio tangible e intangible podrá ser conservado en una primera etapa. No intentaré hacer una relación de todo lo que se debe de preservar en Guerrero, le corresponde a la comisión que debe ampliarse a estudiosos y al colegio de arquitectos cuya línea de trabajo apunta hacia los monumentos históricos. Héctor Astudillo dio la pauta al destacar “la enorme riqueza plasmada en la música, las chilenas de la Costa Chica, la música de la Tierra Caliente, autores como Agustín Ramírez, entre muchos otros personajes de la cultura guerrerense”. (NOTIMEX)

Hay que revisar el libro coordinado por Gerardo Guerrero: 20 años de registrar, promover y difundir el Patrimonio Cultural de Guerrero. Libro colectivo presentado por Ángeles Manzano Añorve con introducción de Gerardo Sámano. Esta obra realiza una introspección al patrimonio de los guerrerenses.

A finales del 2016, se publicó el libro: Patrimonio cultural tangible e intangible de Guerrero, del mismo autor.  Estos trabajos representan un eje para avanzar por terreno ya andado.

DE REOJO

El “Parque Ecológico Omiltemi”, está a unos milímetros de ser reserva protegida de la biosfera. Alejandro Cervantes en los noventa promovió su legalización, con su muerte se detuvo el proceso.

Ríos, bosques, reservas acuíferas del estado de Guerrero se desmoronan ante la pasividad federal. Esta ley impedirá el Fracking y contaminación por la explotación de oro y plata en manos de canadienses que se llevan la riqueza de Guerrero.

Al parejo de monumentos, murales y obras de arte, gastronomía, cultura general, está la reserva natural, si se acaba Omiltemi, en Chilpancingo y en ciudades del estado habrá una guerra por el agua.

El Patrimonio cultural y natural, son prioridad del gobierno de Guerrero.

Es urgente aplaudir esta ley que abre una puerta a la esperanza.

A ver qué hace el crimen organizado para detenerla. Talan bosques, destruyen reservorios y nichos ecológicos, cuencas y futuras zonas protegidas de Guerrero.