* Isauro de Paz Duarte descarta huir de San Miguel Totolapan porque “es mi tierra… de aquí soy; no es lo mismo que me vaya a vivir a otro lado, aunque tenga todo”

 

ALONDRA GARCÍA

 

“Volví a nacer, el Señor me dio otra oportunidad de seguir viviendo, Jehová Dios me dio otra oportunidad”, afirmó el ingeniero topógrafo Isauro de Paz Duque 20 horas después de ser liberado por el cártel de ‘Los Tequileros’.

El 11 de diciembre, el ingeniero fue secuestrado por un grupo de sicarios del grupo criminal que opera en el municipio de San Miguel Totolapan, en la región Tierra Caliente de Guerrero.

Pero su secuestro fue distinto. Puede que sea el último por decisión de los pobladores, porque ese día los habitantes se sacudieron el miedo, tomaron las armas e hicieron lo único que podían hacer para recuperarlo con vida: secuestraron a la mamá de Raybel Jacobo de Almonte, alias ‘El Tequilero’, jefe del grupo criminal que lo mantenía cautivo.

Tres días estuvo secuestrado. Le vendaron los ojos, lo golpearon, lo interrogaron. Pero la noche del miércoles, el ingeniero durmió en su casa, en su cama, abrazado de sus hijos y su esposa.

Ayer, Isauro de Paz Duque volvió a caminar por las calles de su pueblo. Reconoce que lucen distintas a cuando se lo llevaron. Ahora varios hombres armados y encapuchados las recorren. Son la autodefensa que se creó para rescatarlo.

Así, mientras recorría las calles, tuvo que detenerse en varias ocasiones para responder las preguntas de los periodistas que se le acercaban para conocer su historia. Un reportero del periódico Despertar del Sur lo grabó en video.

-¿Cómo te sientes en este momento?, le inquirió.

-Gracias a Dios, bien. Contento porque volví a nacer, el Señor me dio otra oportunidad de seguir viviendo, Jehová, Dios me dio otra oportunidad de seguir viviendo y contento porque estas oportunidades no se dan, son una de mil, me queda claro, respondió el ingeniero.

Habla despacito, con una voz suave y tranquila. En sus palabras no hay un ápice de rencor. En cambio habla de Dios y de la fortaleza que éste le dio para soportar los tres días que estuvo secuestrado por uno de los cárteles más violentos de la región Tierra Caliente.

-¿Cómo te sentiste al dormir en tu casa después de haber estado secuestrado?

-Es como si fuera blanco y negro, si pasaras las noches allá negras y aquí blancas, vives con tu familia, estás, duermes con tus hijos en la cama. Sobre todo eso, el arrullo, explica.

Relata que durante los tres días que estuvo cautivo durmió en el suelo y bajo la vigilancia permanente de algún sicario.

-¿Te golpearon?

-Lo normal. Digo… normal, a uno no se le hace normal, pero a ellos (los sicarios) sí. Sienten que al pegarte van a resolver sus problemas, desquitan su coraje, así lo entiendo, es psicológico.

-¿No te inquietaban constantemente?

-Sí, pero uno está consciente. La sociedad va madurando patrones de conducta. Hace ocho años aparecía un muerto o aparecía algo y la gente se consternaba. Ahora la gente lo ve como algo normal, aunque no es normal, pero el patrón de conducta lo va aceptando, va adoptando un patrón de conducta, así lo veo yo.

-¿Qué pasaba por tu mente cuando estabas allá?

-Que podría regresar o podría no hacerlo.

-¿Nunca pensaste en que te fueran a asesinar?

-Sí, sí, sí, eso es indiscutible. Desde el momento en que ocurre todo. Es decir, no estás tratando con curas, no estás tratando con los hijos de Dios en la Iglesia, estás tratando con gente mala, con conductas diferentes.

-¿Tuviste comunicación con ‘El Tequilero’?

-No, no lo vi. Yo estuve vendado. Yo no… no sé.

-¿No dialogaste con él?

-Dialogué con unas personas, pero yo la verdad… vendado no ves a nadie.

-¿No sabías lo que estaba pasando aquí? (el levantamiento armado contra la delincuencia)

-En absoluto, nada.

-¿Dónde te soltaron?

-Me soltaron de (San Antonio) la Gavia para acá. Me vine caminando (a San Miguel Totolapan).

-¿Cómo ves el levantamiento armado del pueblo?

-Cuando la gente se decide por un cambio, se decide. La gente no se equivoca, eso me ha quedado muy claro, la gente siente, el pulso social lo trae la sociedad misma y siento que ese pulso el termómetro lo está midiendo, lo está checando. Es como una persona cuando tiene temperatura, te está checando el médico, algo tendrá adentro. Así lo mismo la sociedad, el pueblo de San Miguel Totolapan siente algo y por eso se está manifestando.

-¿Qué vas a hacer en adelante?, ¿te vas a ir del pueblo?

-Esa pregunta me la han hecho muchas veces en muchos lugares. Yo estoy aquí porque amo la Tierra Caliente y amo a San Miguel Totolapan. Esta es mi tierra. A lo mejor amar se oye como un término muy grande, porque amar implica muchas cosas, pero amar es querer algo que te nace y estoy aquí porque lo quiero, porque de aquí soy. No es lo mismo que me vaya a vivir a otro lado, aunque tenga todo, como dice la canción, aunque la jaula sea de oro no deja de ser cárcel.

-¿Te vas a unir al movimiento de autodefensa?

-Nosotros estamos tratando de asimilar varias cosas y después vamos a tomar una decisión porque también el apoyo moral es indiscutible. Sin ese apoyo moral, si esa presión no hubiera existido, a lo mejor yo todavía estuviera allá secuestrado, a lo mejor ya no estuviera o estuviera enterrado. Porque pueden pasar muchas cosas en un segundo, una bala cruza un cuerpo así, dice mientras chasquea sus dedos a toda prisa.

Tras el secuestro y posterior liberación del ingeniero Isauro de Paz Duque, San Miguel Totolapan es diferente, es otro.

‘Los Tequileros’, el grupo delictivo que puesto en evidencia al gobierno, tuvo que arrodillarse ante la autodefensa.