¿Regaño o advertencia?

 

Por Felipe Victoria Zepeda

 

Acostumbrados al hermetismo leal de los militares hacia sus comandantes supremos, cayó de extraño lo que para algunos fue una “insubordinación”, el reclamo a las autoridades civiles encargadas del combate a la delincuencia, procuración y administración de justicia.

Fue una expresión clara y directa de los errores incurridos desde el inicio del milenio; no es posible que gobernadores, secretarios de estado y jefazos policiacos de todos niveles se la sigan llevando “de a muertito”, echándose la pelotita caliente y eludiendo su responsabilidad de no hacer lo debido, mientras los que se llevan la enlodada en su prestigio institucional son los cumplidos soldados y marinos, entrenados y capacitados para cuestiones muy distintas al quehacer policial.

Los militares aprenden a no rendirse y cuando llega el momento hablan fuerte y claro; así acaba de hacerlo el actual secretario de la Defensa Nacional, para asombro de muchos.

¿Quién es el claridoso regañón de uniforme y cuatro estrellas? Según lo marca WIKIPEDIA en el Internet, de lo que les comparto un fragmento: “Salvador Cienfuegos Zepeda es el General de División titular de la Secretaría de la Defensa Nacional para el período comprendido del 2012 al 2018”.

“Nació en la Ciudad de México el 14 de junio de 1948, a partir del segundo año de primaria, cursó la educación básica en el Colegio Williams de Mixcoac. Debido a que la colegiatura de éste colegio era considerable, el joven Cienfuegos tuvo que conseguir una beca del gobierno federal para acceder a dicha institución”.

“El Colegio Williams era un internado, por lo que los alumnos sólo podían salir de la escuela los fines de semana. Sin embargo, en comparación con otros niños que estudiaban con él, Salvador Cienfuegos era considerado un niño tranquilo y en ocasiones extrovertido. A la par de su formación escolar, el joven Cienfuegos practicaba diversas disciplinas, tales como fútbol, fútbol americano, básquetbol y béisbol”.

“A los dos años de edad perdió a su padre, un Teniente Coronel del Ejército Mexicano, que falleció de un infarto. Debido a esto, Salvador Cienfuegos es hijo único. Dependiendo económicamente de su madre, que se dedicaba a la venta y confección de vestidos para dama”.

“La decisión de ser militar inició cuando tenía 15 años de edad, él todavía no acababa sus estudios en el Colegio Williams. Esta decisión se vio influenciada por su padre, Cienfuegos no lo conoció pero él sabía gracias a su madre que su padre había sido militar”.

“La primera vez que intentó unirse al Ejército fue rechazado por no cumplir con la edad que se solicitaba. Unos días después de su rechazo él fue a la oficina de reclutamiento, donde solicitó una dispensa de edad; a los pocos días de haber hecho esto le dieron su dispensa de edad y logró entrar al Heroico Colegio Militar”.

“Su fecha de alta en el Ejército es el 23 de enero de 1964. Realizó estudios en el Colegio de la Defensa Nacional obteniendo el grado académico de Maestro en Administración Militar para la Seguridad y la Defensa Nacional, así como en la Escuela Superior de Guerra, adquiriendo el carácter de Diplomado de Estado Mayor”.

“Como General de Brigada fue director del Heroico Colegio Militar 1997-2000.

“Como General de División fue comandante de la Quinta Región Militar (Jalisco, Colima, Nayarit, Zacatecas y Aguascalientes); Novena Región Militar (Guerrero); Primera Región Militar (Distrito Federal, Estado de México, Hidalgo y Morelos); y Séptima Región Militar (Chiapas y Tabasco)”.

“Se ha desempeñado como agregado Militar y Aéreo en las embajadas de México en Japón y Corea del Sur. También, ha participado en visitas diplomáticas en Estados Unidos, Chile, China y Cuba”.

Hacer la semblanza de un mexicano distinguido que en enero próximo cumplirá 53 años sirviendo a su Patria no es fácil, sobre todo porque está en el ojo del huracán de la inseguridad pública sin que esa tarea sea la institucional para él, que es la defensa de la soberanía nacional.

Justificable entonces que alce los dos brazos pidiendo que las tropas regresen a sus cuarteles, pues gastar los insuficientes recursos presupuestales de la Sedena en que sus elementos anden de espantapájaros participando en desfiles disuasivos, para dar percepción de seguridad a turistas y escuelas, no es lo suyo. Para colmo, sin regulación jurídica adecuada que norme la intervención militar en cuestiones de índole policial.

Las razones duramente expuestas por el General de División DEM Salvador Cienfuegos Zepeda fueron aceptadas y secundadas por el presidente Enrique Peña Nieto. El Ejército y la Marina Armada son los alfileres con los que está colgada la estabilidad de su mandato sexenal.

-¡Tilín, tilín!- Suena la campanita escolar.

-Maestra Pizarrina, dicen que hace mucho tiempo que no se escuchaba a un General Secretario de la Defensa Nacional hablar como lo hizo el General Salvador Cienfuegos Zepeda, ¿estará enojado?

-No chamacos, más bien muy preocupado por el rumbo que están tomando las cuestiones de la inseguridad pública, por las ocurrencias y fanfarronerías de altos funcionarios civilones, que por ineptitud, miedo o complicidad toleran a las mafias, concediéndoles impunidad, y no es a balazos como eso se remediaría.

-Pues muchos opinan que solamente el Ejército podría abatir delincuentes para aplacarlos.

-¡Shhh… cábrense cayones chamacos!, me dan ñáñaras escuchar eso.