ISAÍAS ALANÍS

 

* Ley anti corrupción

* Los venados: historia de una infamia

 

De último minuto, como el secuestro de Alan García, que dio la vuelta al mundo por tratarse de un futbolista que juega en el extranjero, y en pleno reparto de PEMEX a empresas extranjeras: Shell, angloholandesa, la Británica BP, la enorme empresa gringa, Chevron, y ExxonMovil, mejor conocidas como las siete hermanas, ya están de regreso para explotar los yacimientos de crudo y como licenciatarias de la riqueza nacional, en el Senado se votara, hoy (ayer) la ley anti corrupción.

En este país hundido en la corrupción, en donde políticos, funcionarios, empresarios y gobernantes no pasan la prueba anti corrupción y en plenos instantes en que votarán una ley que no servirá para nada, porque la corrupción ha permeado todas las capas de una democracia fallida como la mexicana, puesta en duda, no solo por mediciones extranjeras, sino por los propios mexicanos.

Es corrupto el presidente de la República al no demostrar que la Casa Blanca fue una compra hecha con los recursos de su esposa que nunca ha ganado esa cantidad en la que se tasó la vivienda. Es corrupto el policía esquinero que recibe cien baros por andar chachalaco en la CdMx o en cualquier ciudad de México.

Es corrupto el juez, los magistrados, los ministerios públicos que les inventan delitos a un poeta y a un rector. Es corrupto el señor Andrade que exonera a sus jefes y es corrupta la propia designación de un trabajador asalariado al servicio de la República para exonerar a todos los corruptos. Es corrupta le ley que permite en el estado de México salir bajo fianza a los posibles lavadores de dinero.

En este estado corrupto, una nueva ley, en una nación donde existen leyes hasta como robar dinero y que de paso no se cumplen, es promisorio que esta ley que se votará hoy lunes 30 de mayo, como siempre, no va servir para nada. La corrupción es una pandemia, un cáncer, un flujo de sangre que recorre las arterias de México y que será muy difícil de parar si no hay un verdadero cambio en el concepto que se tiene de nación y de futuro.

No se necesita ser mago, leer y releer los informes del INEGI sobre la percepción que los mexicanos tienen de sus políticos. De otros organismos que se encargan de realizar mediciones. Solo hay que abrir los ojos, aunque sea tantito para ver el gran océano de lodo y de corrupción existente en México. ¿Qué viene, cómo frenar este magma que corroe todos los cimientos de México y que está a punto de explotar?

 

Historia de una infamia

 

El estado de Morelos está incendiado, hundido en secuestros, violencia, corrupción de un gobernador torpe y necio, cuyo único objetivo es posicionar a su familia para tener impunidad por tanto latrocinio cometido; las fosas de Tetelcingo es solo un botón de muestra de cómo el estado criminaliza la protesta social y oscurece e impide la acción de la ley.

Y para cerrar la pinza en el municipio de Jiutepec, se encendió la alarma roja por el final que podría tener un viejo litigio cargado de corrupción con el predio de Los Venados. La empresa ARA pretende construir viviendas ante la oposición de la población que demanda ese predio para construir un parque ecológico y que permanezca como un pulmón del municipio más contaminado de México, y proteger a miles de árboles que existen en ese predio de 56 mil hectáreas.

Este atraco tiene una historia nada particular, es una gimnasia del ejercicio del poder municipal investido de corrupción y dinero fácil que los ediles han explotado durante años.

En el 2001, la compañía ARA compró los terrenos con el fin de construir casas, la administración de Liborio Román Cruz, del PAN, negó los permisos porque pretendían construir viviendas de las no permitidas por el plan de desarrollo urbano municipal, y por las condiciones del predio arbolado y por su ubicación.

La siguiente administración de Demetrio Román, panista, otorgó las licencias y autorizó el cambio de uso de suelo, cuando el suplente Florentino Cruz Mejía, violando la carta urbana vigente, aprobó la iniciativa de ARA violentando la ley municipal.

Durante la administración 2003-2006, de Rabindranath Salazar, vendió la idea de comprar o canjear el terreno a ARA. Esa administración municipal, compra el ejido de Alfonso Téllez mediante un contrato pésimo y el municipio perdió 3 millones de pesos.

El subsiguiente mega corrupto alcalde Miguel Rabadán, en su campaña, prometió resolver el litigio del Parque Los Venados y el Congreso le autorizó adquirir un préstamo de 200 millones de pesos, de los cuales 65 millones se destinarían para adquirir el predio Los Venados, cosa que no sucedió, y siguió el gran negocio del alcalde. Con una parte de ese dinero el municipio adquirió la parcela de Albano, de 20 mil metros cuadrados, sin acceso y un terreno en Tepetzingo, el cual fue vendido por una empresa “patito” que lo había adquirido tres meses antes en 3 millones, y cosa extraña, se lo vende al ayuntamiento en 33 millones. ¿Cuánto le tocó a Miguel Rabadán?

Una vez que la alcaldesa Silvia Salazar toma posesión del ayuntamiento, inicia las pesquisas y demanda a la empresa pidiendo la devolución del dinero, porque además, una parte de los terrenos de Tepetzingo es área natural, o sea que el atraco cometido por la empresa y la administración de Miguel Rabadán es mayúsculo. El terreno comprado al campesino Albano, que no tiene acceso, la alcaldesa Silvia Salazar se lo dona a la UAEM.

Esta es una historia de la infamia, porque pese a haberse conseguido los 200 millones de pesos, el parque de Los Venados sigue en la mira de la constructora.

¿Qué espera el nuevo alcalde para meter orden y regresarle a los jiutepequenses lo que pese a las triquiñuelas de los alcaldes les pertenece?

¿Habrá borrón y cuenta nueva y la inmunidad e impunidad cubrirá con su manto a los alcaldes tranzas de Jiutepec, que desgraciadamente, de no meter las manos a fondo y arreglar este entuerto, ensuciaría la administración de Manolo Tovar y le pondría un dique a sus aspiraciones políticas?