KARMELYNDA VALVERDE

 

Sangre, sudor y lágrimas

 

El título de esta entrega, seguramente va a traer añoranza y hasta melancolía a un titipuchal de contemporáneos de esta chincualuda palomita sin nido, remontándose a aquella banda de rock, fundada en 1967 en Nueva York, con el nombre de Blood, Sweat and Tears (Sangre, Sudor y Lágrimas) misma que se convertiría en el principal ícono del llamado jazz rock y que junto al grupo Chicago llegaron a ser lo más representativo de las llamadas Big Bands del rock.

Pero hasta ahí en el capítulo de la nostalgia, porque los temas que trataré en esta entrega no tienen nada de musicales. Ni siquiera de heavy metal, pues, para que me entiendas hermanito chulo. La cosa sigue que arde a lo largo y ancho de mi pozolero estado. La sangre sigue corriendo a raudales, no solamente en Acapulco, sino en Chilpo, la Costa Grande, la Costa Chica, la Zona Centro y la Montaña. En unos lados más, en otros lados menos, pero la sangre corre, imparable.

Tal parece que no fue el “Operativo de Seguridad de Semana Santa” el que entró en funciones, sino de “semana diabla”. ¡Uf! Tremendo. Como tremenda está la temperatura que doble contra sencillo nos hará sudar la gota gorda en estos cuaresmeños días. Sí, cuaresmeños porque nunca han tenido nada de santos en nuestro territorio chilenero ¡y ahora menos!

A los gana gracia emecistas y mequetrefes que los acompañan no se les acaba la cuerda. En el trienio anterior estuvieron chitón perico, pero ahora con don Evodio les aqueja tremebunda diarrea oral radioactiva, autoungidos como don perfectos eventuales, pasando por alto que fueron ocasión de lo mismo que ahora juzgan. Y neta caen mal, enfadan, fastidian, se nos atoran en el huehueche, por doble moralistas y mátalas callando.

Y mientras a los anaranjados les regresa la “ferza” para el jorobe cuaresmeño, la comandanta Nestorita sale del bote y monta numerito mamonovelero, sin sangre pero sí con harto sudor y lágrimas, convertida en heroína. Arajo y más arajo, nada me sorprendería que al rato Kim Kardashian quiera protagonizar la vida de esta cracaloza ñora, digo, ahí se van dando en cabuces, los tiene casi del mismo calibre.

Pero aquí en Ome, ya huele a tianguis de Semana Santa, con usos y costumbres nuevamente aplicados. Este sabadito ya arribaron los primeros vehículos cargados con buena parte de los juegos mecánicos de “Atracciones Rosales” que tantísimos recuerdos traen a no pocas generaciones de costachiquenses. También aparecieron ya las primeras camionetas repletas de todo tipo de mercancías. Quiera papá Dios que la única sangre que veamos en estos “días diablos” (porque neta, vuelvo y repito, de santos no tienen nada) sea la de la moronga guisada con candó, el sudor de los recorridos del medio día, bajo los manteados plastificados del puesterío y las lágrimas de cocodrilo que año con año se sueltan ante el “santo entierro”. Amén.