* En un reportaje del periodista Pable Ferri destaca la militarización sin precedente de Chilapa, así como las escalofriantes cifras de homicidios dolosos que se cometieron en Guerrero durante el 2015

 

Redacción

La crisis de inseguridad que se vive en Guerrero provocada por la operación de grupos del crimen organizado llegó a las planas de los medios de comunicación internacionales, que avizoran una escalada de violencia difícil de detener.

El prestigioso periódico ‘El País’, el mejor posicionado en España y con amplia influencia en América Latina y Europa, publicó en su edición de ayer una nota titulada “Guerrero avanza hacia la descomposición”.

En el texto, el periodista Pablo Ferri describe un panorama desolador que, a su juicio, es el camino que sigue Guerrero hacia la devastación.

“Hace unas horas, 3 mil 500 militares y 200 policías han llegado al pueblo de Chilapa (…) para contener al crimen organizado y acabar –otra vez– con las ejecuciones, los secuestros, las desapariciones (…). El hecho es que Chilapa es uno de los focos rojos del estado, junto a su capital, Chilpancingo y la joya turística costera, Acapulco. Con 120.000 habitantes, la proporción de soldados y policías por vecino en Chilapa es probablemente una de las más altas del país”, detalla el reportero.

La publicación también critica el elevado número de asesinatos dolosos que registra la entidad, la mayoría de ellos perpetrados por el crimen organizado.

De acuerdo con las cifras divulgadas hace unos días por la Secretaría de Gobernación, Guerrero terminó 2015 con 2 mil 721 homicidios, de los cuales 2 mil 16 fueron dolosos.

“El año pasado fue el más violento en la entidad, desde al menos 2007, de acuerdo a las cifras de Instituto Nacional de Estadística. Si atendemos a la metodología de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, la tasa de homicidios en Guerrero por cada 100 mil habitantes asciende a 57.6, la más alta de todo el país. En 2014, la tasa fue de 43.2”, indica el reportero español.

La publicación de El País advierte que el motivo principal del alto número de ejecuciones en Guerrero es la lucha por el control que pretenden ejercer diferentes grupos delictivos en la región.

De manera concisa, el periódico documenta cómo la fragmentación del cartel de los Beltrán Leyva hace unos años generó la irrupción, muchas veces violenta, de células locales con ansias de expansión.

“El baile de nombres, pueblos y regiones de influencia se complica todavía más con la aparición de grupos civiles armados, que suelen denominarse autodefensas. A veces, su objetivo parece legítimo, parejo al que plantean las autoridades. Otras, no”.

El periodista Pablo Ferri detalla que en 2015, la cifra de muertos en Acapulco fue la más alta de los 81 municipios de Guerrero. “Allí, el cartel independiente de Acapulco impone su ley. Hace unos días, la ONG mexicana Seguridad, Justicia y Paz divulgaba que la ciudad costera alcanzaba el cuarto lugar en el listado de las ciudades más violentas del mundo, con una tasa de 104.73 homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes”.

En tanto, El País describe la violencia que se vive en la región Tierra Caliente como “el escenario de una batalla entre diferentes células, cuya lealtad a cualquier estructura mayor resulta cuanto menos cuestionable”.

En lo que respecta a los municipios de Chilpancingo y Chilapa, menciona que estos “hacen de contraparte en la región centro del estado”.

El texto recuerda los compromisos asumidos por Héctor Astudillo Flores al asumir la gubernatura de Guerrero.

“De momento, Astudillo dedica sus días a apagar fuegos, primero el de Arcelia, luego el de Chilapa, siempre el de Acapulco, cada día uno nuevo: hoy mismo han aparecido siete cadáveres en Chilpancingo”, señala Pablo Ferri.